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Las Malas Meninas toman el Prado

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Las "Malas Meninas" toman el Prado

Son reclusas , pero también costureras y diseñadoras. Hace dos años que aprendieron a coser en prisión para poder valerse por sí mismas cuando salgan de ella. De ese empeño nació Malas meninas, una marca textil que se ha presentado este miércoles y que vende manoplas, delantales, paños y manteles estampados con un diseño basado en el famoso cuadro de Velázquez.

Ahora están nerviosas porque han salido del centro penitenciario para ver a su inspiración cara a cara porque sólo las conocen por los libros. Por eso, juegan a imaginarse el encuentro: "Yo creo que son grandes... Las quiero ver ya", asegura Araceli.

Para algunas, este ha sido el primer viaje de su vida, para otras la primera vez que visitaban un museo. A la salida, emocionadas, han contado lo que les ha parecido el cuadro.

"Una cosa que, yo qué sé, es una alegría muy grande", exulta Sally. "Ha venido muy bien el nombre de la marca porque la verdad es que tenían caras como de malillas, ¿no?", comenta Katina.

Rosa Escandell, la presidenta del programa de reinserción de mujeres, cree que la clave del éxito de Malas Meninas es que las reclusas diseñan cosas con calidad profesional. "Si les das una pauta de diseño y les das calidad, pueden comercializarse como cualquier otro producto en Europa"

Por ahora, han conseguido que sus meninas se vendan ya en las tiendas La Oca de toda España. ya piensan en la próxima colección, esta vez, de ropa para niños.

Las nueve reclusas que han visitado Madrid forman o han formado parte de un taller textil en el Centro Penitenciario Alicante II por el que han pasado más de una veintena de mujeres, gracias a un programa de reinserción que busca darles la oportunidad de formarse profesionalmente en la confección y acercarse al trabajo empresarial.

Para el diseño, cuentan con la ayuda de la ONG Diseño para el Desarrollo, con la que ya hicieron una colección de "ropa carcelaria": a rayas negras y blancas, "como auténticas presas", según ha contado a Efe uno de sus miembros, Gonzalo Ribot.

Las internas que participan en este proyecto destacan que el taller, al que se apuntaron por "superación personal", ya que muchas no sabían "ni agarrar una aguja", les da "mucha ilusión" y les ayuda a "seguir adelante, ser positivas" y saber que pueden "hacer un montón de cosas".