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Obama celebra su primer 11-S con la vista puesta en Afganistán

  • EEUU conmemora discretamente el octavo aniversario de los atentados
  • El matrimonio Obama guarda un minuto de silencio en la Casa Blanca
  • En Nueva York se celebrará una ceremonia en recuerdo de las víctimas
  • El país y el Gobierno están divididos sobre el conflcto de Afganistán
  • Consulta nuestro especial sobre el 11-S

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La vida cambió radicalmente a raíz de los atentados del 11-S

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha guardado un minuto de silencio en la Casa Blanca junto a su esposa en el octavo aniversario de los atentados del 11-S, el primero que conmemora al frente del país. Lo ha hecho a las 08.46, cuando se estrelló el primer avión en las Torres Gemelas. Luego, el presidente dará un discurso en el Pentágono y se reunirá con familiares de las víctimas. 

Empieza a ser un día más para la mayoría de la población, aunque esté dedicado oficialmente al recuerdo de las víctimas. La atención se desplaza a las consecuencias del ataque terrorista y en particular, a la guerra de Afganistán. El 11-S ha dejado de ser el tema monográfico de los medios de comunicación a medida que se suceden los aniversarios. 

Otros problemas más acuciantes

La ciudad de Nueva York celebra una ceremonia en el parque Zuccotti, donde se leerán los nombres de las 2.752 personas que fallecieron en los atentados y se guardará silencio en su memoria. El vicepresidente Joe Biden ha visitado la "zona cero" y está previsto que acuda también la secretaria de Estado, Hillary Clinton. La "zona cero" sigue siendo un solar vacío donde lo único que se eleva son las grúas.

El 60% de los neoyorquinos cree que no se cumplirán los plazos previstos para la inauguración del monumento a las víctimas, en el 2011, y la Torre de la Libertad, que sustituiría en el 2013 a las Torres Gemelas derribadas. El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, no ha querido aclarar el calendario pero sí ha terciado en otra cuestión importante: considera que Al Qaeda sigue siendo una amenaza pero le preocupan más las armas en manos de sus compatriotas.

Dos estrategias sobre Afganistán

Con todo, el aniversario viene marcado por otro debate nacional: la guerra de Afganistán. Obama tiene dos estrategias sobre la mesa. La primera apuesta por la estabilidad del país a largo plazo. Requiere no sólo combatir a los talibanes y sus socios sino proteger a la población civil, impulsar el desarrollo económico y fomentar un gobierno civil, centralizado y fuerte.

Es la estrategia que defiende el general Stanley McChrystal al frente de las tropas de la OTAN. Aunque su informe es todavía confidencial, se da por seguro que requerirá más soldados -ya hay 68.000 norteamericanos- y quedarse más tiempo en la zona. Sin embargo, las recientes elecciones, deslegitimadas por el fraude, la corrupción rampante, o los fallos escandalosos como el último bombardeo que provocó víctimas civiles, ponen en cuestión este enfoque. El 57% de los estadounidenses se opone a implicación de su país en el conflicto.

De ahí que muchos congresistas Demócratas y parte del Gobierno, con el vicepresidente Joe Biden a la cabeza, apuesten por una estrategia más modesta. Se oponen a enviar más tropas a la región y quieren concentrarse en la formación y entrenamiento del Ejército y la Policía afganos. Consideran que unos buenos servicios de Inteligencia, tropas de élite y ataques selectivos con misiles o "drones" pueden servir igual de bien para lidiar con la amenaza terrorista.