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Irán acusa a las embajadas francesa y británica de conspirar para derrocar a la República Islámica

  • Una profesora francesa ha admitido haber enviado informes a su país
  • Dos empleados locales de las embajadas gala y británica, entre los acusados
  • La fiscalía les responsabiliza de participar en una "revolución de terciopelo"
  • La presidencia sueca de la UE ha mostrado su preocupación por el caso

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Juicio contra los manifestantes en Irán

Irán ha apuntado hacia Occidente en la segunda vista del juicio que se celebra contra más de un centenar de personas acusadas de instigar y participar en las protestas surgidas tras la polémica reelección del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.

Si en la sesión celebrada la pasada semana la Fiscalía centró sus acusaciones en figuras del reformismo como el ex vicepresidente Mohamad Ali Abtahí, este sábado ha señalado hacia a aquellos a quienes consideró agentes de países extranjeros.

En la sala destacaban la presencia de la joven profesora francesa Clotilde Reiss y de dos ciudadanos iraníes, Nazak Afshar, empleada local de la embajada gala y su compatriota Husein Rasam, adscrito a la oficina política de la legación británica.

"Revolución de terciopelo"

Hacia ellos ha apuntado gran parte del acta de acusación leído por la Fiscalía, que los ha acusado de colaborar con embajadas extranjeras en un plan para derrocar la República Islámica a través de lo que denominó una "revolución de terciopelo".

Según el texto, reproducido parcialmente por la agencia oficial de noticias local Irna, los encausados participaron "en actos criminales organizados y planeados" cuyo objetivo era alterar el orden público y la seguridad "con ayuda foránea".

Esos estados extranjeros, "que de forma hipócrita defienden los derechos humanos, utilizan sus medios de comunicación para coordinar su diplomacia en contra de Irán".

"Intentaron desestabilizar el país apoyando a los reformistas, a quienes financiaron para provocar una brecha entre el pueblo y sus representantes", continúa el texto.

"Dieron formación a organizaciones no gubernamentales así como a periodistas y activistas de los derechos humanos para que infligieran daño a la imagen externa de Irán con páginas web" y otros instrumentos, prosigue.

Conjura

En este sentido, la Fiscalía ha señalado directamente al Reino Unido, país al que acusó de urdir la supuesta conjura con meses de antelación.

"Mucho antes de las elecciones presidenciales del 12 de junio, la embajada del Reino Unido en Irán trató de aproximarse a ciertas figuras políticas en el interior de Irán para poder alcanzar sus objetivos", denuncia el texto.

"La sección política recabó información sobre responsables iraníes, la Guardia Revolucionaria y las milicias Basij. Formó grupos de trabajo, y diplomáticos y empleados locales viajaron a las provincias. Igualmente los envió a las protestas", insiste la nota.

"El objetivo era cambiar la opinión de la sociedad iraní, infiltrarse entre sus capas sociales y debilitar el gobierno para tratar de derrocarlo", apostilla.

Leído el acta, el Tribunal Revolucionario procedió a escuchar las alegaciones de una decena de acusados.

Envió informes

Según Irna, la francesa Clotilde Reiss habría admitido el envío de un informe a la embajada de su país en Teherán sobre los disturbios en la ciudad iraní de Isfahan y pidió perdón por ello.

La joven, de 24 años, ha confesado haberlo remitido "al responsable del Instituto de Investigaciones galo en Irán, que depende del servicio cultural de la embajada francesa".

Reiss también habría aceptado ante el juez que su participación en las protestas se debió a "razones personales".

"Acepto que fue un error y pido perdón a la nación iraní y a la corte. Espero que me perdonen", ha agregado.

Reiss, profesora de francés en la universidad de Isfahan, fue detenida el pasado 1 de julio en el aeropuerto internacional de Teherán cuando se disponía a abandonar el país.

Junto a ella ha comparecido Nazak Afshar, empleada local de la embajada gala, quien según Irna habría confesado que la legación ordenó que se diera "cobijo a los manifestantes" si era necesario.

Conspiración y espionaje

Igualmente ha declarado Husein Rasam, contratado local de la embajada del Reino Unido, a quien se le acusa de conspiración y espionaje.

Según Irna, Rasam, arrestado el pasado mes de junio junto a otros ocho compañeros de trabajo luego liberados, confesó que la plantilla de la embajada estuvo presente en las manifestaciones de protesta por orden de la legación.

Además, han comparecido este sábado otros ilustres opositores como el periodista Ahmad Zeid Abadi y el ex diputado Ali Tajerani, miembro del aperturista "Frente islámico de Participación", acusados de confabular e instigar a la violencia.

Por los mismos cargos declararon Hedayat Aqaie, miembro de la plataforma Kargozaran Sazandegi, y Shahabudin Tabatabaie y Javad Emam, responsables de la oficina electoral del principal candidato opositor derrotado, Mir Husein Musaví.

La oposición iraní, que denunció como fraudulentos los resultados de los comicios, ha tildado el juicio de "mascarada" y ha cuestionado las confesiones.

Preocupación en la UE

La presidencia sueca de la UE ha mostrado su preocupación por el juicio que se celebra en Irán y ha advertido a Teherán de que una acción contra un Estado miembro -sus ciudadanos o personal de sus embajadas- "se considera una acción contra toda la UE, y así será tratada".

En un comunicado, la presidencia sueca de la Unión ha asegurado que seguirá muy de cerca el caso y pedirá la pronta liberación de las personas implicadas.

"Una acción contra un Estado miembro -sus ciudadanos o personal diplomático- se considera una acción contra toda la UE, y así será tratada", recalca el comunicado.

Un centenar de acusados

El pasado sábado, se celebró en la capital iraní la primera sesión de la vista contra un centenar de personas, entre ellas destacados políticos reformistas como el jefe de la oficina del ex presidente Mohamad Jatami y miembro de la plataforma electoral de Mahdi Karubui en las elecciones del pasado 12 de junio.

Otro de los acusados es Mohamad Ali Abtahi así como un miembro del partido de Kargozaran Sazandegui (los Operadores de la Reconstrucción), Mohamad Atrianfar, cercano a Ali Akbar Hashemi Rafsanyani, quien había apoyado la candidatura de Mir Hosein Musavi.

El anuncio del resultado de las elecciones residenciales del pasado 12 de junio, calificadas de fraudulentas por tres de los cuatro candidatos, provocó grandes manifestaciones y disturbios en Irán.

Las manifestaciones convocadas por el candidato reformista Mir Hosein Musavi fueron reprimidas con dureza por la Policía con un resultado de al menos 20 muertos y miles de detenidos, según los datos oficiales.