Enlaces accesibilidad

La milenaria tinta china y el tintero 'sheyan', en peligro de extinción en la era tecnológica

  • La tinta china corre el peligro de desaparecer y ser suplantada por las nuevas tecnologías
  • Pekín impulsa clases de caligrafía tradicional en escuelas y universidades
  • El negocio de la tinta ya no es rentable, hoy se compra tan sólo como recuerdo
  • El origen de esta tinta se remonta al siglo VII, la 'Edad de Oro' por la producción literaria
  • Los tinteros 'Sheyan' fueron nombrados en 2006 como Patrimonio Cultural del Estado
  • Son los regalos preferidos para las visitas diplomáticas al país del sol naciente

Por
Tinta china en peligro de extinción
Sun Chengui, un hombre de 53 años que lleva más de treinta dedicándose a fabricar tinta.

La milenaria tinta china y su tintero corren el peligro de desaparecer al haber sido sustituidas por las nuevas tecnologías. Un problema que preocupa al Gobierno del país asiático que intenta remediarlo impulsando clases de caligrafía tradicional en escuelas y universidades.

"Durante los últimos años el Gobierno ha promovido en las escuelas y universidades la caligrafía y en su defecto la tinta, la pluma y el tintero", asegura Sun Chengui, un hombre de 53 años y que lleva más de 30 dedicándose a fabricar tinta.

Sun conserva barras de tinta Hui, unas de las más famosas dentro de los diferentes tipos, y que surge de una combinación de "hollín de los pinos, goma, perfume y algún tipo de medicina tradicional china".

El gran 'tesoro' chino

A pesar de que Sun vende grandes cantidades de este producto a Japón, Corea del Sur y Taiwán, afirma que el negocio "ya no es lo que fue". Hoy la mayoría de sus clientes son pintores y estudiantes, el resto de personas la compran tan sólo como recuerdo.

Utilizada por poetas, pintores y calígrafos, la tinta china de Hui es calificada por los chinos como una "flor especial" dentro de los "Cuatro Tesoros del Estudio", que es como la cultura china denomina al papel, la tinta, el pincel del calígrafo y al tintero de piedra.

El origen de esta tinta se remonta a la dinastía Tang (siglo VII), época considerada como la "Edad de Oro" por la enorme producción literaria que dejó, y además está marcada por los conflictos que empujaron a los profesionales de este arte a instalarse en zonas del sur.

Según los historiadores chinos, Xi Chao, un profesional en la elaboración de la tinta, llegó durante está época de conflictos desde la provincia de Hebei (noreste) al distrito de Shexian, en la provincia de Anhui, en el este de China. Acompañado por su hijo, ambos se dieron cuenta de que el ambiente del lugar con ríos limpios, pinos poblados y aire fresco, era propicio para el buen desarrollo de su oficio.

Patrimonio Cultural del Estado

Padre e hijo comenzaron a trabajar y cautivaron con su trabajo al emperador Li Yu, que en señal de admiración les otorgó su propio apellido, Li. Los tinteros "Sheyan" también fueron una de las debilidades del emperador Li, del que dicen que tenía a su disposición funcionarios encargados exclusivamente de escoger los más bellos "Sheyan".

El 20 de mayo de 2006 los "Sheyan" fueron nombrados parte de la lista de Patrimonio Cultural del Estado y en Anhui, 226 personas se eligieron como maestros para inculcar esta profesión a las nuevas generaciones, con el objetivo de que continúen dedicándose a ella.

El riesgo de desaparición de estos objetos es elevado, ya que además de correr el peligro de caer en el olvido por la modernización, "las piedras se recogen en la montaña de Long Wei que lleva más de 1.200 años explotándose y ya existe una gran escasez de recursos", comenta Zheng Han, uno de los 226 profesores seleccionados en 2006.

Convertidos en unos de los regalos preferidos por los líderes chinos a las visitas oficiales extranjeras, según Zheng "el Gobierno se está esforzando mucho en promover su desarrollo".  Algo de lo que este maestro se enorgullece, ya que "en la historia de china los 'Sheyan' han sido un elemento necesario para los intelectuales.

Es uno de los tesoros de nuestra cultura y uno de los grandes legados de nuestro antepasados", concluye.