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La cordillera fantasma de la Antártida esconde los secretos del cambio climático

  • La cordillera Gamburtsev alcanza los 3.400 metros, pero está cubierta por el hielo
  • Esta capa se formó cuando los niveles de CO2 bajaron de manera drástica
  • La "memoria" de estas montañas es clave para prever la reacción al cambio climático

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Imagen en tres dimensiones de la cordillera Gamburtsev, oculta bajo el hielo.
Imagen en tres dimensiones de la cordillera Gamburtsev, oculta bajo el hielo.

El estudio de las condiciones climáticas que sepultaron bajo el hielo la cordillera antártica de Gamburtsev puede ser determinante a la hora de predecir los retos a los que se enfrenta la Tierra como consecuencia del cambio climático.

Mediante el uso de radares, un equipo de científicos británicos ha desvelado que la cordillera se encontraba en un primer momento atravesada por varios ríos, antes de sufrir una profunda erosión glaciar que la dejó cubierta por una capa de hielo que llega a alcanzar los 3.400 metros en las cumbres, según publica la revista Nature.

Desde que fuera descubierta en 1958 por la tercera expedición rusa a la Antártida, la formación del sistema montañoso sub-glacial, apodado los "Alpes Antárticos", ha sido toda una incógnita para la comunidad científica.

El equipo de expertos liderado por Martin Siegert sostiene que las primeras placas polares del casquete se formaron hace 34 millones de años con este enclave montañoso como telón de fondo, un dato que podría servir para anticipar los efectos del cambio climático sobre la topografía del planeta tal y como lo conocemos hasta ahora.

Memoria de climas pasados

Esto es así porque la glaciación antártica tuvo lugar en un período en el que los niveles de dióxido de carbono cayeron de forma drástica,  provocando la formación de inmensas capas de hielo.

De este modo, el estudio de la "memoria" de estas placas sobre los climas pasados puede ayudar a prever cómo reaccionará la Tierra en los próximos años a los cambios climáticos a los que se está viendo sometida.

El accidente geográfico de Gamburtsev, origen físico de la glaciación del continente, se expande por una longitud de 1.200 kilómetros y comprende en su interior numerosos valles y llanuras, sepultados también por hielo.

Su descubrimiento supuso todo un hito ya que hasta ese momento se pensaba que el interior de la Antártida era plano.