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Un tecnócrata sin experiencia política será el nuevo primer ministro checo y presidirá la UE

  • En una ceremonia televisada, el presidente ha encargado a Jan Fischer formar gobierno
  • El nombre de este estadístico ha sido acordado entre conservadores y socialistas
  • Se convertirá en presidente de turno de la UE hasta el mes de junio
  • Ocupará el cargo hasta las elecciones anticipadas del próximo mes de octubre
  • Ha sido cuestionado por su antigua afiliación al Partido Comunista

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El nuevo  primer ministro checo, en un encuentro con los medios en Praga.
El nuevo primer ministro checo, en un encuentro con los medios en Praga.

Jan Fischer, un experto en estadística sin experiencia política, ha recibido el encargo del presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, de formar gobierno tras una breve ceremonia celebrada en el Castillo de Praga en plena presidencia checa de la Unión Europea.

De esta manera Fischer, cuyo nombramiento ha sido acordado entre el Gobierno conservador saliente de Mirek Topolanek y la oposición socialdemócrata para salvar la crisis creada por la caída del Ejecutivo, se convertirá en presidente de turno de los 27.

"Acepto esta tarea con responsabilidad", ha declarado Fischer nada más jurar ante el jefe de Estado su fidelidad al país y a la Carta Magna.

Gabinete apolítico

Ha añadido también que llega a la cabeza del Gobierno "como persona apolítica y especialista, pero como alguien con la suficiente y larga experiencia en la Administración pública".

Fischer ha matizado que el suyo "no será un Ejecutivo de nuevos planes, sino de trabajo duro", y ha reiterado el "deseo ante todo trabajar en servicio del país, para llevarlo a las elecciones anticipadas con tranquilidad y habiendo cumplido todos los compromisos".

El nuevo jefe del Ejecutivo elegirá como ministros a los candidatos independientes propuestos por los partidos políticos y se espera que el equipo sea nombrado por Klaus antes del 9 de mayo.

"Deben ser técnicos, capaces de dirigir sus resortes ministeriales, pero que no tienen ambición política", ha señalado el primer ministro saliente, Mirek Topolanek, que forjó un pacto con los socialdemócratas para superar la crisis creada tras la caída del Gobierno en una moción de censura hace dos semanas.

Se trata, sin embargo, de una solución que ha despertado el recelo de los abogados constitucionalistas, ya que la Carta Magna prevé mecanismos distintos para resolver este tipo de turbulencias gubernamentales y la convocatoria de comicios anticipados.

En cualquier caso, hasta la investidura del nuevo Ejecutivo, Topolanek y su Gobierno dimisionario deberán todavía ejercer momentáneamente responsabilidades comunitarias, entre las que destaca la cumbre de la UE con seis países de Europa del Este con aspiraciones de integración.

El actual jefe del Estado, el conservador Vaclav Klaus, cuyo papel en esta crisis de gobierno ha sido objeto de muchas especulaciones en la prensa, ha señalado que la complicada situación en que se ha visto envuelta la República Checa sólo acabará definitivamente con la ratificación del nuevo Gobierno por los diputados.

Militancia comunista

Jan Fischer, nacido en Praga en 1951, responde al perfil de funcionario del régimen anterior, cuando tuvo que abrirse paso con la ayuda de su pertenencia al Partido Comunista de Checoslovaquia (KSC), en el que militó durante casi una década.

No se destacó entonces por su militancia ideológica, ni tampoco ocupó cargos relevantes en la formación izquierdista, a la que se afilió en 1980 y de la que se distanció tras la llegada de la democracia en 1989.

El actual jefe del Estado, el conservador Vaclav Klaus, ha restado importancia a esa afiliación política del futuro primer ministro, que se mantendrá en el cargo previsiblemente hasta las elecciones anticipadas al próximo mes de octubre.

La crisis política en Chequia se desató al prosperar una moción de censura planteada por los socialdémócratas contra el gobierno presidido por Mirek Topolanek gracias al apoyo de un diputado tránsfuga.

Topolanek tuvo que presentar su dimisión y la de su gobierno al presidente Klaus, que instó a los partidos a buscar una solución rápida y duradera ante la posibilidad de que la Presidencia de la UE del país centroeuropeo fracasara de manera estrepitosamente.