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Hallan ahorcado en el baño de la cárcel al presunto violador en serie de Las Palmas

  • Miguel Ángel M.R. estaba ingresado en prisión provisional desde septiembre
  • Se investiga si se trata de un suicidio u obra de un grupo de reclusos
  • Había sido reconocido por una veintena de mujeres como su presunto agresor sexual

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En la prisión del Salto del Negro de Las Palamas encuentran muerto al presunto violador en serie detenido el pasado mes de octubre

El presunto violador en serie de Las Palmas, Miguel Ángel M.R., ha aparecido esta tarde ahorcado en los baños de la cárcel de El Salto de El Negro, de la capital grancanaria, según han informado fuentes policiales.

Fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias han explicado que el hallazgo del cadáver del preso se produjo a las 15.00 horas y que la policía investiga si el preso se suicidó o si, por el contrario, pudo haber sido ahorcado por otros reclusos de la prisión.

Según fuentes de Instituciones Penitenciarias, la muerte se produjo cuando estaba en la zona de patio junto a otros tres reclusos que, como él, salían al recreo separados del resto de los presos, uno de los cuales alertó del hallazgo de su cadáver en las duchas.

Dichas fuentes han dicho no poder pronunciarse sobre si la muerte del preso fue un homicidio o un suicidio. Aunque esta última tesis es la única posible, según fuentes de la propia prisión de Salto del Negro, con el argumento de que era imposible un asesinato, tanto por la condición de refugiado del presunto violador, por la que estaba apartado de la generalidad de los internos para evitar precisamente que fueran contra él, como por su fuerte complexión física.

Debido a ella, para que un asalto con ahorcamiento al ahora fallecido hubiera tenido éxito se habría necesitado la intervención de un buen número de personas, han afirmado.

Desde esa opinión, han apuntado como hipótesis más probable a un suicidio, ya que Miguel Ángel M.R. era un preso que, por el tipo de delitos de los que se le acusaba, era rechazado por los demás internos de la cárcel.

De hecho, han subrayado que no se sorprendían de que su cuerpo fuera hallado en las duchas en sus horas de patio, ya que éstas las pasaba siempre oculto allí o en los baños, pues su presencia en el exterior provocaba muestras de repulsa e insultos desde las ventanas por parte de los demás presos, en cuanto éstos se percataban de que había salido.

En prisión provisional desde septiembre

Miguel Ángel M.R., de 47 años, estaba ingresado en la prisión grancanaria desde su detención el pasado mes de septiembre acusado de cometer numerosas violaciones en Gran Canaria y otras islas del archipiélago.

Un mes después, una veintena de mujeres habían reconocido ya al presunto violador de Las Palmas, Miguel Ángel M.R., de 47 años, como el hombre que las agredió sexualmente en los últimos años.

La mayoría de los reconocimientos se llevaron a cabo ante el Cuerpo Nacional de Policía (CNP), encargado de dirigir la investigación central sobre el acusado, mientras que otras agredidas reconocieron a Miguel Ángel ante la Guardia Civil o directamente en el juzgado.

El presunto violador de Las Palmas, que casi siempre empleaba una furgoneta blanca que fue denunciada por muchas víctimas y que había generado cierta psicosis en Gran Canaria, fue detenido el pasado 11 de septiembre en el barrio de La Feria de Las Palmas de Gran Canaria tras una larga investigación policial de dos años.

Días después, el juez decretó el ingreso en prisión de Miguel Ángel como presunto autor de delitos de intento de homicidio, agresión sexual, detención ilegal, coacciones, amenazas, contra la integridad moral y robo.

El presunto violador era natural de Las Palmas de Gran Canaria, tenía varios hijos y nietos, y no contaba con antecedentes penales y vivía en el barrio de La Feria, donde se cometieron varios de los delitos.

Su abogado no descarta el suicidio por su "acoso sistemático"

Por su parte, el abogado del presunto violador de Las Palmas cree que "aún es pronto para saber las causas del fallecimiento" pero no descarta el suicidio, al que pudo recurrir su defendido, según opinó, para escapar al "acoso sistemático" que sufría en prisión.

Según el letrado Cristóbal Díaz,  el encarcelado vivía desde meses atrás "una situación muy dura, siendo constantemente agredido, si no físicamente sí verbalmente, y arrojando objetos contra su celda".