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Barcelona será la sede del secretariado de la Unión por el Mediterráneo

  • La ciudad condal ha sido confirmada oficialmente como sede del secretariado
  • Ha sido en la segunda jornadas de la conferencia que celebran los 43 países de la Unión
  • Ya habían llegado a un preacuerdo para que la capital catalana fuera la sede

Por
FRANCIA UE-MEDITERRÁNEO
Javier Solana junto al ministro francés de Asuntos Exteriores Bernard Kouchner y la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner.

La ciudad de Barcelona ha sido confirmada oficialmente como sede del secretariado permanente de la Unión por el Mediterráneo, en la segunda y última jornada de la conferencia que celebran en Marsella los ministros de Asuntos Exteriores de los 43 países que integran esta organización. Ya habían llegado a un preacuerdo para que la capital catalana fuera la sede.

Fuentes francesas han informado de que los ministros, que esta mañana han celebrado una reunión plenaria en el Palacio de Pharo de Marsella para ratificar el preacuerdo sellado anoche, han avalado finalmente la adjudicación de la sede, que se ubicará en Barcelona. Un representante de un país del sur ocupará el cargo de  secretario general de la organización.

Finalmente, la sede de la secretaría será el Palau de Pedralbes, después de que la ciudad condal se impusiera a la La Valeta (Malta) y  de que la tercera candidata oficial, Túnez, renunciara a concurrir por este puesto la pasada semana. 

Las buenas relaciones que España mantiene con los países árabes y  con la Liga Arabe han jugado a favor de la candidatura de la ciudad  condal, que también se ha beneficiado de las reticencias de varios  países árabes a acoger una institución en la que participa Israel. 

La UPM busca dar nuevo vigor a la cooperación entre ambas orillas del Mediterráneo a través del establecimiento de mecanismos permanentes que aseguren la ejecución de proyectos de integración regional, con el fin de incrementar la cooperación en pie de igualdad, con unas estructuras permanentes de Gobierno y con la realización de proyectos concretos de infraestructuras.

Esta organización nació en el denominado Proceso de Barcelona, iniciado en 1995 bajo presidencia española de la UE, que buscaba la promoción de la paz, la democracia, de la estabilidad regional y la seguridad "a través de la cooperación y la integración regionales".

Seis claros objetivos

La Unión se basará en seis grandes proyectos de vertebración regional, para los que se buscará financiación de la UE y del Banco Europeo de Inversiones y en los que implicará al sector privado.

El primer objetivo será la descontaminación del Mediterráneo mediante plantas de tratamiento de aguas residuales en 43 puntos negros identificados por el Banco Europeo de Inversiones, lo que requeriría un presupuesto de entre 2.000 y 3.000 millones de euros.

Todavía más elevado será el coste del segundo objetivo, la instalación de una red de plantas de producción eléctrica termosolar en el Norte de África, pero los empresarios españoles, según ha apuntado Sendagorta, han mostrado ya un interés decidido por la propuesta e incluso estiman que, con marcos regulatorios claros, no harían falta recursos públicos.

La tercera iniciativa que previsiblemente contará con el respaldo de los empresarios españoles, según han avanzado al Gobierno, tiene como fin mejorar el transporte marítimo y terrestre en la región, fomentado las conexiones interiores y entre los puertos.

El cuarto proyecto parte de España e Italia, que presentarán al resto de socios euromediterráneos una iniciativa para apoyar a las pequeñas y medianas empresas a través de microcréditos.

El quinto proyecto supondrá poner en común los medios de protección civil para luchar ante emergencias como los incendios y el sexto, lanzar la Universidad Euromediterránea para estudios de posgrado, inaugurada ya en Eslovenia.