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La oposición italiana propone un referéndum contra la nueva ley de la Educación

  • La oposición y el sector de la educación proponen un referéndum popular para abolir la ley
  • Los manifestantes han solicitado la dimisión de la ministra de Educación, Gelmini
  • 1.300.000 italianos conforman el sector de la educación, el más grande de todos
  • Aunque fue una marcha pacífica sin altercados, la ciudad quedó bloqueada
  • Con la nueva ley se suprimirán 87.000 puestos docentes y 44.000 administrativos

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Miles de estudiantes se manifiestan en Roma contra la reforma de la educación

Miles de estudiantes, docentes y políticos de la oposición italiana han protestado en Roma contra la ley de reforma de la educación aprobada por el Gobierno de Berlusconi. El sector educativo se ha puesto en huelga y la oposición ha propuesto la convocatoria de un referendum popular que derogue la ley.

La ley, que acaba de ser aprobada por el Senado italiano, prevé para la escuela un recorte de más de 8.000 millones de euros y la supresión de más de 87.000 puestos docentes, entre otras medidas.

Tras varias semanas de movilizaciones que han terminado con esta manifestación, el sector de la educación italiano ha proclamado una huelga general que no augura un acuerdo próximo con el gobierno de Berlusconi. Así mismo, los manifestantes han pedido la dimisión de la ministra de Educación, Maria Stella Gelmini.

Tanto la oposición italiana como el sector de la educación solicitan la abolición de la ley, que según ellos pone en peligro "el futuro de los jóvenes", pero tras la aprobación de la ley en el Senado, parece que sólo los ciudadanos podrían cambiar la situación.

Una marcha pacífica pero reivindicativa

A la manifestación, convocada por los sindicatos de la educación, se han sumado miembros del Partido Demócrata, como su secretario general, Walter Veltroni, y la formación Italia de los Valores (IDV), representada por Antonio Di Pietro.

Con una marcha pacífica de más de un millón de manifestantes se podían oír gritos como "¿Te vas o no? ¿te vas sí o no?" , dirigidos a la responsable de Educación, Maria Stella Gelmini. Algunos llevaban, además, fotos de la ministra a modo de estampita en la que se leía "Santa Ignorancia".

A lo largo de dos kilómetros y medio, los que separan las plazas romanas de la Repubblica, donde se inició la manifestación, y la del Popolo, lugar donde estaba previsto que finalizara, la marcha se desarrolló de forma pacífica y sin intervención policial.

La manifestación concluyó sin altercados, aunque la Policía cortó el tráfico y bloqueó gran parte de la ciudad, por lo que durante horas los transportes públicos tuvieron que modificar su recorrido, causando inconvenientes a muchos ciudadanos.

Gelmini aparecía retratada con un hacha en la mano, en referencia al recorte de 8.000 millones de euros que esta nueva ley prevé para la escuela.

En otras pancartas se podía ver el dibujo de una vaca a la que estaban ordeñando, que representaba la Universidad, con un cerdo obeso al lado, en el que estaba escrito "bancos y consorcio italiano", en referencia al grupo de empresarios dispuestos a salvar la aerolínea Alitalia.

Contra el gobierno de Berlusconi

Centenares de banderas con las siglas de los sindicatos convocantes ondearon a lo largo de la marcha, junto a enormes globos que daban color al cielo de la capital italiana y pancartas en las que se satirizaba a los miembros del Gobierno.

La responsable de Educación, no obstante, no fue el único blanco de las críticas de los manifestantes, que también mostraron su rechazo al titular de Economía, Giulio Tremonti, y al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

A las críticas de los profesores, llegados a Roma desde toda Italia, se sumaron las de los estudiantes, que en tono desafiante saltaban mientras gritaban "Bota, bota, Gelmini el que no bote".

Temen por el "futuro de los jóvenes"

Con esta protesta, el sector de la educación se opone a la ley aprobada el miércoles 29 de octubre en el Senado, que prevé la supresión de más de 87.000 puestos docentes, el bloqueo de contratos a los maestros temporales y la reducción de 44.500 empleos administrativos.

La nueva ley, promovida por la ministra Maria Stella Gelmini, prevé, entre otras medidas, la vuelta al colegio del maestro único, a la nota de conducta y la ampliación del horario del profesorado.

Pero también genera rechazo el cierre de colegios en lugares aislados, el aumento de estudiantes por clase y la reducción de horas lectivas.