Enlaces accesibilidad

Estados Unidos cambia su política de prisiones en Afganistán con la construcción de una nueva cárcel

  • El gobierno Bush quería entregar a las autoridades afganas la mayoría de los prisioneros
  • Un artículo de The New York Times dice que el nuevo centro costará 60 millones de dólares
  • EE.UU. reconoce que la cárcel afgana que ha pagado no es capaz de absorber los detenidos
  • Podrá albergar hasta 1.100 detenidos y contará con aulas para la discusión religiosa

Por

El gobierno de los Estados Unidos tiene la intención de construir una nueva prisión en su principal base militar en Afganistán, lo que supone un cambio con respecto a la intención previamente anunciada de poner en manos del gobierno afgano a la mayoría de los detenidos en sus manos.

Según ha informado The New York Times, el gobierno Bush quiere construir un centro carcelario de 24 hectáreas que sustituiría al que actualmente hay en la base de Bagram, en la que están encerrados 630 prisioneros, y que fue famosa en 2002 tras la muerte de dos prisioneros después de ser golpeados por los carceleros.

Aunque el tratamiento a los detenidos ha mejorado desde entonces, las condiciones físicas son pésimas, con muy poco espacio para el ejercicio físico y las condiciones higiénicas son inadecuadas. Además, hay riesgos para la salud de quienes viven en la cárcel debido a que es un antiguo hangar en el que todavía se guarda maquinaria para reparar aviones que contiene metales pesados y amianto.

Condiciones más humanas

Un portavoz del Pentágono ha confirmado la información al Times. "Hay planes en marcha para hacerlo", ha dicho el teniente coronel Mark Wright. Las nuevas instalaciones contarán con aulas para preparación profesional y discusión religiosa, y dedicará más espacio para ocio y visitas familiares. Después de años de peticiones del comité internacional de la Cruz Roja, EE.UU. ha comenzado recientemente a permitir a los familiares de los prisioneros hablar con estos, a través de videoconferencia.

Los estadounidenses reconocen que el cambio de planes en la entrega de los prisioneros a las autoridades afganas se produce porque estas no son capaces de absorber la cantidad de detenidos por EE.UU. en el país, precisamente en un momento en que se prevén nuevas olas de prisioneros fruto de la escalada en la lucha contra Al Qaeda y los talibanes.

La prisión de alta seguridad financiada por el país norteamericano a las afueras de Kabul y dirigida por el ejército afgano no es suficiente. La nueva cárcel podría albergar hasta 1.100 detenidos y costará unos 60 millones de dólares.