Enlaces accesibilidad

Josef Fritzl preparó el calabozo seis años antes de encerrar a su hija

  • Los planos de 1978 muestran que tenía previsto construir una pequeña celda
  • Elizabeth fue encerrada en 1984 y permaneció allí hasta la semana pasada
  • El sótano dispone de ocho puertas, tres de ellas con cierre electrónico

Por

Josef Fritzl, el monstruo de Amstetten, habría preparado con seis años de antelación, desde 1978, el calabozo situado bajo su casa y en el que mantuvo encerrada a su hija Elizabeth a partir de agosto de 1984, según los últimos datos de la investigación.

"Podemos decir con certeza que ya en los planos [para la reforma del sótano de su vivienda] tenía previsto instalar una pequeña celda", ha señalado el responsable de la investigación, Franz Polzer, durante una rueda de prensa.

La preparación del zulo tuvo lugar en 1978, cuando Elizabeth, de la que Firtzl abusaba desde que tenía 11 años, alcanzaba ya los 12 años. Seis años después, el padre encerró a la hija, que no fue liberada hasta la semana pasada.

Durante su cautiverio, Elizabeth tuvo siete hijos fruto de la relación incestuosa, de los que tres fueron adoptados por Fritzl -presentándolos como fruto de las relaciones que su hija tenía en el seno de la secta en la que se suponía que estaba captada- y otros tres permanecían en el sótano, de donde no habían salido. El séptimo vástago nació muerto y fue incinerado por el padre-abuelo en la caldera familiar.

Ocho puertas

El sótano constaba, antes del secuestro de Elizabeth, de varias piezas vacías, sin ventanas ni sistema de ventilación. "Actualmente, para llegar al calabozo, es necesario abrir ocho puertas cerradas con llave; a partir de la quinta, se requieren conocimientos específicos de cerrajería electrónica para abrir las tres restantes", ha detallado Polzer.

"Al principio, la cautiva y los primeros niños debieron vivir en una habitación de unos 35 metros cuadrados", hasta 1993, ha precisado Polzer. Cuando nacieron los primeros hijos del incesto, Fritzl "unió una habitación" de unos 20 metros cuadrados que existía desde la construcción de la casa, que se remonta  a 1890.

Una treintena de investigadores examinan minuciosamente el refugio antiatómico de la casa de Fritzl desde hace una semana y, según Polzer, su labor podría extenderse incluso meses.

Los hijos mejoran

Respecto a la situación de la familia del monstruo de Amstetten, Albert Reiter, el médico que trata a la mayor de las hijas de la relación incestuosa, Kirsten, ha señalado que su estado sigue siendo "grave", aunque "ha mejorado algo", según relata CNN.

Kirsten, de 19 años, padece una enfermedad genética relacionada con su origen incestuoso, que precisamente sirvió para liberar a Elizabeth y a sus hermanos, ya que le obligó a acudir al hospital y los médicos requirieron la presencia de la madre. Pese a su mejoría, continúa "sedada y con respiración asistida", ha precisado Reiter.

El resto de la familia, tanto la que permanecía recluida como la que vivía en el exterior, sigue en una clínica psiquiátrica, intentando recuperar una cierta rutina que les permita afrontar el retorno a la vida diaria.