En busca de la perfección: la rivalidad entre Sinner y Alcaraz vive su final en 2025 con el número uno en juego
- Sinner y Alcaraz llegan muy parejos a las ATP Finals, donde se decidirá quién termina como número uno
- Ambos se han repartido todos los torneos de Grand Slam, dos cada uno, y cuatro títulos de Másters 1000
Canon, o Κανών en griego, es un concepto que siempre ha interesado a los grandes pensadores. Se estima que surgió en Egipto y que, posteriormente, en Grecia trataron de estudiar la idea de la proporcionalidad dentro del ser humano. Polícleto, en concreto, escribió un libro sobre ello - Kanon - del que, aunque sus páginas se perdieron con el autor, grandes pensadores coinciden en que reflejó aquello que pensaba en su Doríforo, la escultura del hombre perfecto.
Matemáticos, filósofos e historiadores durante miles de años han tratado de analizar cual es realmente el canon de belleza, qué tiene de especial ese joven de bronce y mirada perdida que representa 'la perfección'. Muchos coinciden que es la simetría proporcional, algo que solo poseería una figura humana bella e inmejorable.
Sin embargo, hay varios factores pueden afectar a esta percepción que permiten llegar a la idea de que puede ser que no exista realmente. Forma, altura, volumen... hasta el material con el que se hizo la estatua podrían afectar a la percepción de la realidad. A entender, si hubiese estado hecha en mármol de carrara, en lugar de en bronce, ¿hubiese sido más o menos perfecto el hombre ahí representado?
El mero hecho de que puedan existir gradientes de perfección, invita a pensar que, quizás, no haya tal cosa. Extrapolándolo al tenis, el mejor jugador imaginable sería una combinación de rasgos de otros. Habiendo descartado pues la idea de que exista, lo que han hecho Carlos Alcaraz y Jannik Sinner este año, seguro que la roza. Busquémosla.
Una rivalidad para los libros
En la mente de aquellos que seguimos este deporte (y muchos que no lo hacen) permanecerán las imágenes de los duelos entre ambos en 2025, que no han sido pocos. Me permitirán decir que, a pesar de la corta edad de ambos, ya estamos ante una de las rivalidades que cambian un deporte, una de esas que inspiran a aquellos que la siguen.
Cómo no iba a hacerlo la resiliencia de Alcaraz en Roland Garros que, en el cuarto set y con tres bolas de partido en contra, le da la vuelta al marcador para hacerse con el título. En ese juego, en el que sacaba, demostró estar lejos de ser un jugador perfecto (pues nunca habría permitido llegar a esa situación), pero sí valiente. El último punto de ese fatídico juego finalizó con una derecha paralela a la línea del murciano, tras un resto realmente bueno del italiano. Era la única opción de ganar ese punto y lo hizo, ¿acaso no es eso perfección?
En frente, muchos afirman que Sinner es 'un robot', un jugador implacable, técnicamente impecable, que aplasta a sus rivales eligiendo bien sus golpes. Eso, sin embargo, no explicaría el por qué perdió aquella final en París. Ni menos aún que tras la decepción, en el Grand Slam siguiente - Wimbledon, derrotase a todos sus fantasmas, ganando la batalla emocional que afirmó que llevaba dentro, y se rehiciese para ganar.
A lo mejor, cada uno es perfecto a su manera. A lo mejor, esa es la razón de que la rivalidad entre ambos sea tan espectacular, tan feroz. A lo mejor, incluso, es la explicación de que lleguen al último torneo de la temporada prácticamente empatados a puntos.
La batalla final por el número 1
250 puntos separan a ambos después de una temporada entera de torneos. Insuficientes para asegurar el número uno para ninguno, pues aún queda el último torneo del año que los reparte: las ATP Finals. El italiano lo recuperó este mismo fin de semana tras arrasar donde este mismo año no pudo ganar, en París (en pista dura, eso sí).
Francia queda ya atrás y hay que recurrir a las matemáticas para saber quién logrará terminar el año liderando el ránking. Si Carlos ganase tres partidos, sin importar lo que hiciese el italiano, acabaría siéndolo él. Objetivo, por lo tanto, para el español, aunque si tenemos en cuenta lo hecho el resto de la temporada, parece claro que buscará hacerse con el título de maestro. Algo que, por otro lado, sería el único resultado que le valdría al de San Cándido para mantener el lugar.
Dos jugadores que se empeñan en poner en duda el argumento principal de este artículo, que la perfección no existe, y que podrían volver a regalar a los amantes del tenis otro duelo entre sí, esta vez por el número uno. Lo que está claro es que, exista o no, el tenis moderno no tiene un canon determinado, tiene dos, muy diferentes, que mandan por encima del resto.