El Tour 2026 arrancará en España tres años después con una salida inédita desde Barcelona y Alpe d'Huez como juez final
- Será la primera vez que la ronda gala dé comienzo desde Barcelona y la cuarta que pase por Cataluña
- El Tour femenino saldrá desde Suiza y tendrá su etapa 'reina' con una llegada en alto en el Mont Ventoux
El Tour de Francia ya ha dado a conocer su recorrido del verano que viene, con una salida inédita desde Barcelona y con el Alpe d'Huez como juez final -será la línea de meta en la antepenúltima y penúltima etapa- de una prueba donde el ciclista esloveno y actual campeón, Tadej Pogačar, será el rival a batir.
Barcelona será el epicentro de la 113ª edición con su 'Grand Départ'. Este será el tercer inicio de la 'Grande Boucle' en España, siguiendo los precedentes de San Sebastián (1992) y Bilbao (2023), y supone el regreso de la capital catalana a la carrera tras albergar etapas en 1957, 1965 y 2009, aunque nunca antes había acogido un arranque de la competición.
La organización de la ronda gala ha querido sorprender a todos con un inicio y un final que darán mucho que hablar. Las tres primeras jornadas serán en territorio español, donde destaca el comienzo en Barcelona del maratón de tres semanas con la subida a Montjuic, que se volverá a repetir en el segundo día con su versión Tarragona - Barcelona.
La mejor carrera ciclista del mundo se despedirá de España en la tercera etapa. Granollers será el punto de partido antes de que los ciclistas atraviesen los Pirineos para poner rumbo a Francia, donde el día acabará en Les Angles, con una llegada en alto y un desnivel de 3.950 metros.
Y de un inicio complicado a un final de infarto. Habrá doble etapa consecutiva de llegada en el Alpe d'Huez, será la 19 y la 20. La primera de las dos con salida en Gap, con cuatro puertos exigentes, dos de salida que marcarán desde el inicio el grupo de escapada, en un recorrido de 128 km.
Y por si fuera poco, el penúltimo día de prueba llegará una nueva cita con el mítico puerto, al que ascenderán los ciclistas por su otra cara, con el punto de partida en Le Bourg D'oisans y con el desnivel más grande de toda la ronda de 5.600 metros.
La contrarreloj, relegada a la mínima expresión
Será la nota curiosa de una edición que los organizadores han querido definir como 'in crescendo', con un inicio ya muy duro, los Pirineos a pocos días de comenzar, la travesía de los cinco macizos del país y una traca final en los Alpes que aglutina buena parte de las dificultades.
Siguiendo la tendencia de las últimas ediciones, el Tour ha relegado la contrarreloj a su mínima expresión, 19 kilómetros por equipos en su primer día en las calles de Barcelona, y 26 individuales para abrir la última semana en los Alpes, la mitad de ellos en ascenso. Insuficiente para que el belga Remco Evenepoel pueda sacar una ventaja decisiva frente al esloveno Tadej Pogacar, que aparece como el máximo favorito para sumar su quinta victoria final y colocarse a la altura de los más grandes: Anquetil, Merkx, Hinault e Indurain.
En su lugar, la montaña cobra protagonismo, y lo hace con etapas más cortas y nerviosas, otro signo de los tiempos que corren, con cinco finales en alto, tres de ellos agrupados en los cuatro últimos días, dos en una de las cimas más míticas de la ronda francesa.
Las dos caras del Alpe d'Huez
El Alpe d'Huez, en dos versiones diferentes, tendrá la última palabra de la edición, a menos que las diferencias de la general sean estrechas y todo pueda cambiar en la última jornada, que por segundo año consecutivo recupera las tres subidas a Montmartre que en la pasada edición constituyeron un éxito popular.
El viernes 24 será una etapa corta que incluye los ascensos a Noyer y Ornon, pero que dejan todo el suspense para las 21 curvas míticas, con su carga festiva y legendaria. Un total de 5.600 metros de desnivel positivo.
Al día siguiente, víspera del podio final, el Alpe d'Huez será solo la guinda de una jornada "de las más duras de la historia del Tour", según su director actual, Christian Prudhomme.
La Croix de Fer y el Galibier conducirán al pelotón al Col de la Sarenne, que por una carretera escarpada y estrecha, llevará hasta el tramo final del Alpe d'Huez, las cuatro últimas curvas, cinco kilómetros para completar el tercer ascenso de categoría especial de la jornada. Y posiblemente la general.
Antes, los Alpes habrán desplegado todo su esplendor, con la crono en las orillas del lago Leman, una jornada de desgaste en Voiron y un final en alta montaña en Orcieres-Merlette.
Tras las dos jornadas cien por ciento catalanas, el Tour llegará a Francia en la tercera, con final en Les Angles, el primero de los pirenaicos, un macizo muy descafeinado en la edición, con un único final en alto, en Gavernie-Gèdre, 18,7 kilómetros al 3,7 %, previo paso por el Tourmalet, porque los organizadores han querido preservar el suspense hasta el final.
Burdeos, la ciudad más visitada tras París por el Tour, lo recibirá por 83 ocasiones antes de atravesar la Dordoña y llegar al Macizo Central marcado por la llegada a Le Lioran, donde el danés Jonas Vingegaard derrotó a Pogacar en 2024.
Rumbo a los Vosgos, con un final en Le Markstein, previo ascenso del Col du Harg, en el que los organizadores tienen puestas muchas expectativas con sus 11,2 kilómetros al 7,3 % de desnivel, y al Jura, donde el Tour descubrirá el Plateau de Solaison, una carretera recién asfaltada que constituye, según Prudhomme, "la montaña más dura de la zona", 11,3 kilómetros al 9,1 %. Y ya solo quedarán los Alpes, como juez definitivo, en una de sus montañas más legendarias.
El Mont Ventoux se apunta al Tour femenino
Tras el Alpe d'Huez en 2024 y la Madeleine este año, el Tour de 2026 "crece aún más" subiendo al mítico Mont Ventoux, que será la prueba esencial de una edición, cuyo recorrido fue presentado este jueves en París, marcada por el retorno de la crono.
La edición comenzará el 1 de agosto en Lausana, la capital olímpica, y terminará el 9 en Niza, que recibirá los Juegos de invierno en 2030, y supondrá una mayor duración que los últimos años, en concordancia con el desarrollo del ciclismo femenino.
"El Ventoux hará crecer al ciclismo femenino", ha reflexionado Christian Prudhomme, director de ciclismo de ASO, empresa propietaria del evento, mientras que la ex corredora Marion Rousse, que dirige la prueba, ha insistido en que "no hay ninguna cima más majestuosa" que el 'monte calvo'.
El de 2026 será "el Tour más duro en desnivel de la historia", ha sido diseñado "para mantener el suspense hasta el final" y para ello han incluido una crono de 21 kilómetros en la cuarta etapa.
"El pelotón cuenta con más armas para competir y hemos querido adaptarnos a esa evolución", ha asegurado Rousse, que sabe que su carrera es locomotora del desarrollo del ciclismo femenino.
La ex corredora ha dicho que si bien el Ventoux es el punto más interesante de la edición, "todas las etapas contienen alguna trampa, en todas habrá batalla", por lo que considera que las favoritas no podrán confiarse hasta el final.
"La que salga de amarillo en el Ventoux no podrá decir que ha ganado el Tour, las dos últimas etapas cuentan de verdad", ha puntualizado la organizadora, convencida de poder ganar su apuesta de una edición con mucho suspense.
La carrera se lanzará desde Lausana, una semana después del final del Tour masculino, en una voluntad de aprovechar el tirón mediático de la prueba masculina, pero también de ir ganando independencia.