Remontada del Barça en un Tartiere que recordó a los años '90
- Los carbayones dieron la sorpresa con un trallazo de Alberto Reina tras una cantada de Joan García
- De cañonazos a martillazos: el empate lo puso Éric García y la remontada se la firmaron Lewandowski y Araújo
- Ficha técnica
1 - Real Oviedo: Aarón Escandell; Lucas, Bailly, Carmo, Rahim; Dendoncker, Santi Cazorla (Sibo, m. 65), Reina (Forés, m. 75); Hassan (Ilic, m. 65), Ilyas Chaira (Brekalo, m. 75) y Rondón.
3 - Barcelona: Joan García; Eric García, Cubarsí, Araújo, Gerard Martín (Koundé, m. 73); Pedri (Bernal, m. 90+1), Casadó (De Jong, m. 46); Raphinha (Lewandowski, m. 65), Olmo, Rashford (Christensen, m. 90+1); Ferrán Torres.
Goles: 1-0, M. 33: Reina. 1-1, M. 56: Eric García. 1-2, M. 70: Lewandowski. 1-3, M. 88: Araújo.
24 años y todo parece seguir igual en los Oviedo-Barcelona. Un encuentro que a finales de los años ’90 e inicios de los 2000 era sinónimo de locura y de sorpresas y que a los más nostálgicos del Carlos Tartiere volvió a ponerle los pelos de punta en un partido muy vintage.
Sorpresón, como en los ‘90
Un valiente Barça volvió a plantar la línea de defensa en el centro del campo para buscar cómo torpedear el área ovetense. Al pie del cañón, Marcus Rashford, al que le motiva la titularidad y quien empezó a repartir trallazos ante un gigantesco Aarón Escandell.
Le paró dos al inglés, que fue el que más peligro llevó en los primeros compases donde el asedio azulgrana fue interrumpido por una mala salida de Joan García. Quiso controlar el portero del Barça un balón que estaba perdido desde que comenzó su búsqueda; intentó buscar a un compañero pero, en su lugar, se la cedió al enemigo: a un Alberto Reina que se relamía con ese disparo desde el centro del campo que detuvo el tiempo y en el que sólo se escucharon los rezos de los carbayones para que ese balón entrase en la portería. Así fue.
Sorpresón al más puro estilo de aquel Oviedo-Barcelona del 2001, el último partido en el que se vieron las caras y en el que Éric García sólo contaba con cuatro meses de vida. El central volvió a ser multiusos, frenando una gran ocasión de Rondón y apareciendo en la posición de '9' para lograr el empate.
Martillazos por cañonazos
El Barça cambió sus roles: Ronald Araújo jugó por el lateral recordando su pasado, sus años de delantero, con el que puso un centro con el que se revolvió Ferran Torres para volver a toparse con Escandell. Entonces, Éric García, que estaba debajo de los palos, se giró para acudir al rechace y remacharla dentro de la portería y reiniciar todo.
La incomodidad del Barça en el Tartiere la sufrió un Casadó que sólo aguantó 45 minutos, frustrado en la búsqueda de espacios, y dio paso a de De Jong. De tanto buscar el gol los azulgrana a base de cañonazos se tuvo que recurrir a una técnica más depurada, más fiable: el martillo que Robert Lewandowski tiene en la cabeza y que fue imparable, por primera vez en todo el partido, para Escandell. El pase del neerlandés también llevaba música.
No hubo respuesta de un Oviedo completamente atascado en ataque, pero bastante sólido en la defensa. El Barça retiró los cañones y reiteró su fórmula. Centro llovido al área y un nuevo martillazo con la cabeza, esta vez de un Araújo, que sentenciaba la remontada, bajaba la euforia del Tartiere y se llevaba la victoria y los tres puntos rumbo a Barcelona tras un ejercicio de carácter tan típico ya en el equipo de Hansi Flick.