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El exciclista británico Bradley Wiggins admite haber sido adicto a la cocaína tras su carrera

  • El ocho veces campeón olímpico relata que Lance Armstrong se ofreció a pagar su tratamiento
  • En una entrevista a 'The Observer', Wiggins cuenta otros hechos traumáticos como los abusos de un entrenador
Juegos Olímpicos: Bradley Wiggins
Bradley Wiggins, con una de sus ocho medallas de oro olímpicas. Reuters
EFE

El exciclista británico Bradley Wiggins ha admitido en una entrevista a 'The Observer' que fue adicto a la cocaína durante varios años después de retirarse. Ganador de ocho oros olímpicos y un Tour de Francia, el considerado ciclista más laureado de su país ha confesado este martes otros acontecimientos traumáticos de su carrera, como un posible caso de abusos.

Wiggins, de 45 años, se retiró en 2016 como el ciclista británico más laureado de la historia, con medallas de oro en cuatro Juegos Olímpicos distintos y el Tour de Francia de 2012, además de haber conseguido etapas en el Giro de Italia, la París-Niza, la Dauphiné Libéré y ganar el campeonato del mundo de contrarreloj en 2014.

Sin embargo, tras su retiro ha hablado abiertamente sobre los problemas que tuvo a lo largo de su carrera, como la relación con su padre o con un entrenador que supuestamente abusó de él cuando tenía trece años, además de admitir una adicción a la cocaína.

"Había veces que mi hijo pensaba que me iba a encontrar muerto por la mañana. Era un adicto funcional. La gente no se daba cuenta, pero estaba drogado la mayoría del tiempo durante muchos años", aseguró Wiggins en una entrevista con 'The Observer'. Wiggins, que confirmó que dejó la cocaína hace un año, dijo que Lance Armstrong, exciclista estadounidense al que quitaron siete Tours de Francia por dopaje, se ofreció a pagar su tratamiento.

"Me di cuenta de que tenía un gran problema y de que tenía que parar. Tengo suerte de estar aquí. Ya me odiaba lo suficiente y lo estaba amplificando. Era una forma de autolesionarme y de sabotearme a mí mismo. No era la persona que quería ser. Estaba haciendo mucho daño a gente cercana a mí".

"No tengo punto medio. No me puedo beber un vaso de vino. Si me bebo un vaso de vino, compro drogas. Mi tendencia a las drogas era una forma de aliviar el dolor con el que vivía", añadió Wiggins.