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Mutua Madrid Open 2023

El fervor de la Manolo Santana, una mentalidad de hierro y un 'juego de inflexión': las claves de la primera victoria de Alcaraz en Madrid

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La pista central Manolo Santana lleva en volandas a Alcaraz en su debut en Madrid

Que Carlos Alcaraz no es algo que pille a nadie con el pie cambiado. Que fuese a sufrir tanto en su debut en Madrid, quizás sí. Pero ahí, en los momentos complicados, es donde se reponen los grandes jugadores. O mejor dicho, los jugadores especiales.

El murciano supo sobreponerse a todo en su debut en la capital de España. A un inicio para olvidar, a un Ruusuvuori inspirado, a la presión de jugar en casa... Con 19 años y donde hasta al más veterano le habría temblado la raqueta, Alcaraz cambió la dinámica de un debut que hasta el más optimista vio perdido mediado el segundo set.

El público de la Manolo Santana tuvo un porcentaje de mérito en la remontada de 'Carlitos'. Más que de segunda ronda, el ambiente que se respiraba de la pista central de la Caja Mágica era de segunda semana de torneo. El público madrileño empujó con todo, dándole al murciano el aliento necesario en los momentos donde la pelota no quería caer dentro de los límites del polvo de ladrillo.

Porque Carlos, a diferencia de las últimas citas, mostró debilidad. El número 2 del mundo llegaba a Madrid tras arrasar en Barcelona, donde se llevó el Trofeo Conde de Godó sin ceder ni un solo set. En la capital, perdió una manga a las primeras de cambio.

Su rival, Ruusuvuori, quizás se haya despedido demasiado pronto del torneo para lo que demostró en la pista Manolo Santana. El finlandés mostró un juego muy sólido. Firme con el saque y contundente al resto, el número 41 del mundo sorprendió a todos con su primera manga. Mientras alguno de los presentes lo comparaba con su compatriota Räikkönen, el finlandés le endosó un 2-6 al español e infundió el pavor en la Manolo Santana.

El sexto juego del segundo set, el punto de inflexión

Ruusuvuori siguió a lo suyo en el segundo set y tuvo oportunidad de romper el saque a Alcaraz en dos ocasiones. El murciano solventó las dos con sufrimiento, especialmente en el sexto juego. Con 2-3, el finlandés gozó de varias oportunidades de break. Alcaraz supo caminar sobre el alambre para solventar la situación y todo cambió. Ese juego supuso un antes y un después, un punto de inflexión en el duelo. Mejor no pensar en lo que habría sucedido si Ruusuvuori hubiese ganado ese juego.

Espoleado por la épica, el murciano quebró el servicio de su rival en el siguiente juego y encarriló el set. Para entonces, la pista Manolo Santana ya era un jugador más.

La tercera manga tenía nombre y apellidos españoles. Carlos Alcaraz, instalado ya en su mejor versión, dio un recital. Dejadas, aces, carreras imposibles... El murciano sacó el catálogo de golpes a pasear para amarrar el tercer set por 6-2 y cerrar el partido. Un choque que requirió de una heroica inesperada, pero que volvió a dejar constancia de que Carlos Alcaraz no es un tenista más.