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De Bruyne, la inteligencia de un futbolista superdotado

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El extraordinario futbolista belga comenzó su carrera en el Gante y pronto se hizo con un puesto en el primer equipo hasta ser una pieza clave en la conquista de la Pro League en la que contribuyó con 17 asistencias y 6 goles. Después de tres temporadas, De Bruyne firmó por el Chelsea en enero de 2012, pero permaneció en el conjunto belga hasta el término de la temporada.

Posteriormente, fue cedido al Werder Bremen, en el que impresionó con 10 goles en 34 partidos. Regresó al Chelsea, donde no pudo tener continuidad en el primer equipo, con el que solo pudo disputar nueve encuentros antes de abandonar el equipo en el mes enero de 2014 para firmar por el Wolfsburgo.

Disputó 16 encuentros como titular en su primera temporada y se destapó como uno de los mejores futbolistas del continente. En verano de 2015 recaló en el Manchester City, donde acumula casi 90 goles y más de 130 asistencias en 325 partidos. Con su selección, es un pilar fundamental y ya acumula 93 internacionalidades con 25 tantos en su haber.


Su posicionamiento en el 4-3-3 que suele plantear Pep Guardiola le viene como anillo al dedo. Puedes verle en la mediapunta derecha con mucha libertad de movimientos y también con capacidad para aparecer por otras zonas del campo, moviéndose mucho entre líneas.

Se mueve mucho por el costado derecho y con una gran habilidad técnica para dar fluidez al juego del equipo. Posee una gran capacidad para encontrar los espacios libres y situarse en el intervalo entre jugadores para recibir con ventaja y dar continuidad en la salida de balón de su equipo. Es un jugador de gran ayuda, que une el juego de medio campo con el de los atacantes.


Si hay un jugador que tiene pocos puntos débiles, ese es De Bruyne. El mediocentro belga posee todas las aptitudes posibles, a excepción de la velocidad, como otro tipo de jugadores en su puesto. Quizá ese sería su único handicap a la hora de precisar el ataque, pero no es determinante para dar asistencias y finalización en las jugadas.


La mononucleosis estuvo a punto de acabar con su carrera antes de empezar. Cuando tenía sólo 17 años debutó con el Genk. En 2010 se perdió dos meses de competición por esa enfermedad. Por fortuna, volvió a los terrenos de juego con el talento intacto, pero ese episodio podría haber enterrado su carrera de no haber gozado de la confianza de su técnico. El Genk terminó ganando la liga ese año.