Enlaces accesibilidad
Tokio 2020 | Balonmano

Ramón Gallego no estará en Tokio 2020 tras dimitir como máximo responsable de los árbitros de la IHF

El asturiano afirma que es la única opción posible tras "cuestionar la IHF los criterios de equidad en el arbitraje"

Toda la información sobre Tokio 2020 en RTVE.es

Por
Ramón Gallego: "Dimito por las injerencias y falta de respeto de la IHF"

Ramón Gallego no estará en sus octavos Juegos Olímpicos este verano en Tokio. El asturiano, que debía acudir como Delegado Técnico de la IHF, no acudirá a la capital japonesa al haber dimitido de todos sus cargos en la Federación Internacional de Balonmano. El motivo de esta decisión, anunciada a menos de dos meses para la cita, ha sido las injerencias en su labor por parte del presidente de la entidad, el egipcio Hassan Moustafá.

“Todo esto se remonta al pasado Mundial de Egipto cuando en el partido entre Suecia y Egipto se cuestiona la designación de árbitros de Noruega y a raíz de ello se dictamina por parte del Presidente de la IHF que los árbitros no pueden pitar a equipos de su misma región”, descubre Ramón Gallego. El hasta ahora Jefe de los árbitros a nivel internacional añade que esta postura se agudizó durante el PreOlímpico Femenino, cuando se volvió a cuestionar la decisión que una pareja de Dinamarca arbitrara el decisivo partido entre Noruega y Rumanía.

“Querían implantar el criterio que árbitros nórdicos no pitaran a equipos de su región y lo mismo para los balcánicos y que una pareja de Croacia no dirigiera a Serbia o a Macedonia, lo cual es absolutamente caduco y atenta contra la honestidad, la neutralidad, la imparcialidad y la independencia de nuestro colectivo, cuando están arbitrando en Mundiales o Juegos Olímpicos e incluso en competiciones continentales. Y eso es algo que no debe permitirse”, explica el asturiano.

La IHF impide que vayan dos parejas españolas a Tokio

Ramón Gallego asegura a RTVE que cuando salieron las listas de árbitros nominados para dirigir los Juegos Olímpicos de Tokio se siguió el criterio de elegir a las parejas que estuvieran mejor puntuadas. Entre ellas había dos duplas españolas. Los canarios Óscar Raluy y Ángel Sabroso,  así como los catalanes Ignacio García y Andreu Marín. Sin embargo, éstos dos últimos fueron eliminados de la lista.

“Nadie tenía ninguna duda que entre las mejores parejas del mundo había dos de un mismo país, concretamente de España, salvo para el presidente, al que el criterio de tener suficiente calidad y experiencia para estar entre las elegidas no le gustaba, por lo cual dejó a una de ellas en casa y cambió a una de ellas por otra”. La dimisión de Ramón Gallego también lleva implícita la renuncia de otros dos españoles, el catalán Tono Huelín y el asturiano Javier Moure, que tampoco estarán en los Juegos de Tokio como Delegados Técnicos.

Falta de respeto

Ramón Gallego se queja de la falta de respeto de la IHF hacia su persona y hacia su labor dentro de la Federación Internacional de Balonmano. “Me he sentido tratado como un niño porque me han mandado una carta en la que me retiran de la función de Delegado Internacional y no me permiten ir a los Juegos de Tokio,aunque argumentan que no es un castigo y que puedo seguir desempeñando mis labores, pero desde casa , lo cual atenta contra uno de los valores olímpicos innegociable como es el respeto, que es esencial hacia los demás y hacia uno mismo”, manifiesta el asturiano.

Por esta razón, el hasta ahora jefe de los Árbitros de la IHF se ha visto obligado a dimitir porque “era la única decisión posible ya que no tiene ningún sentido que continúe en el cargo, desarrollando proyectos de mejora del arbitraje en todos los continentes y sobre todo las nuevas reglas de juego que debían presentarse tras estos Juegos y en las que se ha estado trabajando los últimos años conjuntamente con entrenadores de la élite mundial para aplicarlas en 2022".

A la espera de cambios

Ramón Gallego ha admitido haber recibido el apoyo del colectivo arbitral al que representa, pero les que aconseja se mantengan al margen de la polémica porque “es una situación que se olvidará pronto y deben concentrase en hacer lo mejor posible su labor durante los Juegos Olímpicos, en el día a día, en cada partido y que demuestren que el trabajo que hemos hecho conjuntamente estos últimos cuatro años ha sido realmente bueno porque todos aquellos que yo había designado tienen calidad suficiente para hacerlo”.

Tras haber estado 36 años de su vida ligado al mundo arbitral a nivel internacional, 15 como colegiado en activo y 21 en calidad de directivo, el gijonés Ramón Gallego, espera que “en un futuro cercano, quizá a medio plazo, este sacrificio mío pueda tener consecuencias importantes y algunas cosas puedan cambiar dentro de la Federación Internacional”.

A este respecto cabe recordar que el egipcio Hassan Moustafá es presidente de la IHF desde el 26 de noviembre de 2000. en estos 21 años en el cargo, también se llevó por delante a otro español, Miquel Roca, al que tuvo de vicepresidente desde 2009 hasta 2017, cuando surgieron desavenencias entre ambos.

El hockey hielo, ejemplo a seguir

Según el ex colegiado asturiano, el ejemplo a seguir para todas las disciplinas deportivas es el del hockey hielo porque “en los juegos Olímpicos de Invierno de 2010 pitaron la final entre Canadá y Estados unidos fue arbitrada por dos jueces de Canadá, sencillamente porque eran los mejores. Y el Balonmano debería darse cuenta que la única restricción que aún se mantiene y que impide a árbitros de un mismo país pitar los partidos de su selección debería cambiarse”.

Finalmente, Ramón Gallego, que fue árbitro internacional en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000, que también era miembro de la Federación Internacional de Balonmano (IHF) en Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016, y que iba a ir a Tokio en calidad de máximo mandatario de la Comisión de Árbitros de la IHF, a la que perteneció desde su retirada, concluye que “estar o no en los que habrían sido los octavos Juegos Olímpicos no tiene importancia” porque dice sentirse un privilegiado por haber estado siete ediciones anteriores y son más que suficientes. “Ahora me tocará llevar una vida normal, estar en casa y, sobre todo, poder salir a la calle con la cabeza bien alta”, sostiene el gijónes.