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Giro de Italia | Análisis

El infortunio se ceba con Mikel Landa

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Primer plano de Mikel Landa, durante este Giro de Italia
Landa, durante este Giro

Jarro de agua fría. El ciclismo español se ha quedado helado por completo después de presenciar la grave caída que ha sufrido Mikel Landa en la quinta etapa del Giro de Italia, que le ha obligado a abandonar la Corsa Rosa. Este desagradable incidente se produce una jornada después de devolver la ilusión a los espectadores españoles por el gran ataque que lanzó el corredor vasco en el primer final en alto de la ronda italiana.

Mikel Landa era la principal baza española para ganar el Giro de Italia y se desvanecen, por tanto, todas las posibilidades. Sea español o no, el Giro de Italia pierde a uno de los grandes alicientes de la carrera. Es el primer abandono por caída del ciclista español en una gran vuelta en quince participaciones. Hasta ahora, solo había abandonado en el Giro de Italia 2016 por un virus estomacal.

El ciclista alavés llegaba al Giro de Italia con un optimismo sin igual, consciente que podía lograr grandes cosas en esta edición de la Corsa Rosa. “Estoy ante otra gran oportunidad, los rivales los veo más cerca que nunca”, reconocía. Es un revés más muy doloroso para sus aspiraciones personales y ojalá me equivoque, pero será duro levantarse, después del nivel de confianza que tenía entre manos en el Giro de Italia.

Las caídas le persiguen

La carrera profesional de Mikel Landa está salpicada por la mala suerte. En su trayectoria, el corredor vasco ha sufrido infinidad de caídas. En 2018 en el Tour de Francia se fue al suelo mientras bebía en un sector adoquinado, aunque pudo reanudar la marcha. Un mes después, el ciclista alavés se veía envuelto en otra caída, que le fracturó una vértebra lumbar y que le impidió estar en la salida de la Vuelta a España. En 2019, al comienzo del curso en la Challenge de Mallorca, volvió a caerse fracturándose la clavícula. Esa misma temporada, en la décima etapa del Tour de Francia, besó el suelo perdiendo dos minutos en meta.

El cinco veces campeón del Tour de Francia, Miguel Induráin, reconocía que “cuando siempre le pasa a uno, creo que es el propio corredor el que se lo tiene que mirar y ver si no estás bien colocado”. Y añadía: “Que te pase una vez es mala suerte; que te pase siempre es un poco difícil de asumir”, señalaba Induráin aludiendo esa asiduidad en las caídas de Landa.

No obstante, en la jornada de este miércoles, Mikel Landa estuvo muy bien resguardado por su equipo, bien colocado en la parte delantera y un infortunio ha hecho que nuestro mejor corredor español haya tenido que decir adiós al Giro de Italia.

Porque una cosa está muy clara: una cosa es perder por mérito propio, porque las piernas no funcionan, porque los rivales son simplemente superiores, por colocarte mal, por inexperiencia o torpeza y otra lo ocurrido hoy. Esta caída es un toque de atención a la Unión Ciclista Internacional. No se puede permitir estos finales tan peligrosos, con infinidad de rotondas e islotes. “Hay que parar esto ya. El espectáculo vale menos que la vida o la lesión de los ciclistas”, apuntaba el seleccionador nacional, Pascual Momparler. Amén.