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Natación

La natación española de élite, en aguas estancadas

  • El campeonato nacional se salda con un único récord absoluto y solo tres nadadoras con plaza segura para el Mundial
  • Los exigentes requisitos de mínimas y el formato de competición han sido muy criticados

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Jordi López (Suport Films)
Jordi López (Suport Films)

El Campeonato de España de Natación de primavera celebrado en Sabadell se ha cerrado con unos resultados mediocres: solo se ha batido un récord nacional y tres nadadoras han cumplido los requisitos de clasificación automática para los Mundiales de Gwangju (Corea del Sur).

Los expertos consultados por RTVE.es hacen todos ellos una crítica muy negativa del campeonato y en especial del sistema de mínimas establecido. Día y medio después de que se acabara la competición, que se ha desarrollado entre el 6 y el 10 de abril, la Real Federación Española de Natación (RFEN) no ha realizado ningún tipo de balance.

Pero los datos son suficientemente explícitos. Solo tres mujeres (ningún hombre) han cumplido con todos los criterios de clasificación para el Mundial previamente establecidos por la dirección técnica. Y solo una para más de una prueba: Mireia Belmonte.

Salvo en las pruebas de fondo, no solo se exigía solo una marca concreta, la mínima en cuestión, es decir el tiempo por debajo del cual, como mínimo, hay que acreditar haber nadado una prueba para poder competir con los mejores del plantea. La federación espapñola también pedía una marca en las series anteriores a la final y quedar entre los dos primeros en la última carrera.

El director técnico, Albert Tubella, admitió antes del campeonato de que los requisitos establecidos (y publicados desde mayo de 2018 para la planificación de todos los deportistas) eran “exigentes" y explicó que no quieren llevar al Mundial a un nadador que no pueda mantener el nivel en las sucesivas rondas de esa competición.

En 800 y 1.500, que se disputan mediante el sistema contrarreloj (una suerte de final directa en las series que sean necesarias), se lograron tres mínimas (el doblete de Mireia Belmonte, y Jimena Pérez solo en la más larga). Pero en las otras pruebas, solo una competidora, Marina García en el 200 braza, logró su billete cumpliendo “con una envidiable precisión” todos los criterios de selección (mínima en series, final y puesto), según la crónica de la jornada de la RFEN.

Un formato "estresante"

En un recurso estilístico, o no tanto, el propio departamento de comunicación de la federación lo calificó como una “triple corona”, expresión que en el deporte se reserva a los logros más altos que se pueden alcanzar. Quedaban por disputar aún las dos últimas jornadas completas.

Pero ningún otro competidor cumplió con esa “exigencia” múltiple, en un formato que ha sido criticado por algunos de los propios competidores, como la medallista internacional Jessica Vall.

“En lugar de un reto, las mínimas son una mochila. Es como si estuvieras sola en la piscina, porque yo no tengo la sensación de competir contra el cronómetro, yo quiero llegar la primera a mi prueba. No sabes cómo vas y es estresante...”, explicó en declaraciones que recogen varios medios deportivos, como As.

La veterana nadadora sabe que ahora está “en manos de los capos” de la federación para acudir al que sería su quinto Mundial.

La dirección técnica, que siempre se reserva la posibilidad de seleccionar a cualquier nadador “en beneficio de los objetivos y del rendimiento del equipo nacional”, se reunió el jueves, pero a mediodía de este viernes todavía no ha ofrecido ninguna explicación. Algo excepcional.

Así, todo hace pensar que también hará alguna excepción con el estricto sistema y que se repescará a algunos nadadores, en particular a quienes hicieron alguna de las mínimas.

Entre ellos, el joven Juan Segura, que en las eliminatorias de los 50 espalda realizó la novena mejor marca mundial del año (25.11). Fue la mejor noticia de un campeonato en el que el único récord de España absoluto se batió en los 50 braza (una prueba no olímpica). Lo logró Vall (30.69).

El año pasado en el nacional disputado en Málaga se batierton cuatro y el anterior en Pontevedra cinco.

Un bajón en el rendimimiento de la élite que preocupa a tres meses de la gran competición del año —el Mundial se celebrará del 21 al 28 de julio— y en vísperas de año olímpico; pero que va más allá.

En la categoría junior ha habido más clasificaciones directas, seis en total, pero también ha bajado el nivel competitivo. Así se explica que, según el portal especializado nataccion.com, el programa ESP-2024, creado el año pasado para preparar a jóvenes nadadores de cara a los Juegos Olímpicos de 2024, va a perder a 20 componentes para el próximo semestre: de 32 a 12.

En definitiva, que la natación española se ha estancado en Sabadell.