Brasil olímpico, más allá del 'futebol'
- El equipo olímpico brasileño espera cosechar de 21 a 33 medallas, superando su récord de 17
- Rajzman: "La delegación brasileña ha tenido la mejor preparación de su historia"
- Tienen opciones clara de medalla en voleibol, fútbol, vóley-playa y judo
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No sólo de fútbol vive Brasil. Aunque no lo parezca, en el país donde el deporte de Pelé se respira en cada rincón, otros deportes pujan por hacerse un hueco en los titulares deportivos. Los Juegos de Río 2016 son su momento y, ahora más que nunca, en casa, Brasil dará un paso adelante y tratará de firmar su mejor actuación olímpica ante su público.
Su techo son las 17 medallas logradas en Londres 2012 y las expectativas son altas. Todo apunta a que se superarán con creces y, según los medios especializados locales, la previsión será lograr de 21 a 33 medallas y quedar en el 'Top 15' del medallero. Para lograrlo, Brasil ha trabajado a conciencia y acude a Río 2016 con el grupo más nutrido de su historia, con 462 efectivos, 209 mujeres y 253 hombres.
"La delegación brasileña ha tenido la mejor preparación de su historia", asegura el jefe de la delegación 'verdeamarela', Bernard Rajzman. Las modalidades con mayor número de atletas brasileños en Río serán atletismo, con 67 deportistas, fútbol (36), natación (33), balonmano (28) y waterpolo (26).
Pero, ¿cuáles son las opciones de medalla de Brasil? La primera, la más destacada y más deseada, no es otra que la medalla en fútbol masculino, donde se buscará conseguir el único título que le falta a la 'Seleçao', el combinado nacional más galardonado del planeta. Con Neymar Jr. al frente y después de los últimos fiascos en el Mundial y en la Copa América, Brasil tiene entre ceja y ceja la medalla de oro que se disputará en la final de Maracaná.
El histórico estadio carioca será uno de los epicentros de los Juegos y acogerá la ceremonia de inauguración, por donde desfilarán con orgullo el resto de integrantes de una delegación que buscará brillar en deportes como voleibol, judo, vóley-playa, piragüismo o gimnasia artística, donde cuentan con sus atletas de mayor potencial.
Del voleibol al judo, opciones claras de medalla
Precisamente será en el hermano pequeño del Maracaná, el Maracanazinho, donde recaerá una de las apuestas más seguras de Brasil, el voleibol. La selección femenina, doble campeona olímpica, buscará el triplete en su templo particular. La selección masculina, campeona olímpica en Atenas y subcampeona en Pekín y Londres, también es favorita. Segundo deporte nacional por detrás del fútbol, los brasileños viven con fervor el voleibol y será uno de los grandes atractivos para los aficionados locales.
No será menos su variante sobre la arena, el vóley-playa, una cita imprescindible en las noches olímpicas de Río de Janeiro. Brasil es una de las cunas de este deporte, que riega las playas cariocas con numerosos campos para su práctica. Para Río 2016, Brasil presenta dos parejas potentes que parten con opciones para colgarse una medalla en Copacabana: Larissa Franca y Talita Antunes, y Alison Cerutti y Bruno Schmidt, ambas actuales campeonas del Circuito Mundial.
Dejando a un lado los deportes de equipo, las opciones de luchar por un oro para Brasil pasan principalmente por el judo, donde son buenas apuestas Mayra Aguiar y Erika Miranda, cabezas de cartel del portentoso equipo brasileño, un esperado vivero de medallas; la gimnasia artística, con el actual campeón del mundo en anillas y una de las grandes estrellas del equipo brasileño, Arthur Zanetti; y el piragüismo, donde Isaquias Queiroz, tanto en el C1 como en el C2 junto a Erlon Souza, es un rival a batir.
Arthur Zanetti, la esperanza brasileña en gimnasia artística. EFE
En la piscina, tras la tremenda decepción de la no clasificación de Cesar Cielo, campeón olímpico en 50 metros libre en Londres, Brasil pone sus ojos en la progresión de Bruno Fratus en velocidad y en Ana Marcela Cunha para aguas abiertas, donde fue bronce en el último Mundial.
La vela, el fútbol femenino, el boxeo o el taekwondo podrían ser otros deportes en los que Brasil sume alguna medalla, además de las siempre agradables e inesperadas sorpresas, sobre todo con atletas que competirán crecidos al calor de sus aficionados.
