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Ciclismo | París-Roubaix

Tom Boonen entra en la leyenda del ciclismo sobre los adoquines de la París-Roubaix

  • El corredor belga arrancó en solitario a más de 50km. de la meta
  • Es la 4ª París-Roubaix que gana después de los triunfos en 2005, 2008 y 2009
  • Bonnen hace doblete ya que se apuntó su tercer Tour de Flandes hace 7 días

Por

Boonen también reina en el 'Infierno del Norte'

Clasificación:

1. BOONEN Tom (OQS) 5h 55′ 22″

2. TURGOT Sébastien (EUR) a 01′39″

3. BALLAN Alessandro (BMC) m.t.

4. FLECHA Juan Antonio (SKY) m.t.

5. TERPSTRA Niki (OQS) m.t.

6. BOOM Lars (RAB) a 01′43″

7. TOSATTO Matteo (SXB) a 03′31″

8. HAYMAN Mathew (SKY) m.t.

9. VAN SUMMEREN Johan (GAR) m.t.

10. WYNANTS Maarten (RAB) m.t.

El corredor belga del Omega-Quick Step ha entrado en la leyenda del ciclismo no solo por haber conseguido imponerse por cuarta vez en la clásica de las clásicas, la París Roubaix, sino por el cómo ha conseguido la hazaña.

Bonnen ha demostrado su excepcional estado de forma (hace una semana ganó su tercer Tour de Flandes) atacando y escapándose a falta de 54 kilómetros para la meta. Ni el polvo ni el pavés han parecido hacer mella en el belga ya que ha llegado en solitario y con más de un minuto y medio (1'39'') de ventaja a la mítica meta del velódromo de Roubaix.

Boonen paró el cronómetro de meta en 5h54:19, una media de 43.48 km/hora. Por detrás, el español Juan Antonio Flecha no ha podido subirse al podio ya que en la lucha que mantuvo junto al italiano Alessandro Ballan, el Sebastien Turgot y los holandeses Niki Terpstra y Lars Boom; se impuso el francés en la foto-finish.

Su historial (Campeón del Mundo en 2005, tres París-Roubaix y tres Tours de Flandes, entre otros méritos), su estado de forma y la ausencia de rivales como Cancellara –lesionado– o Gilbert –parece que no es el que fue– hacía que todas las quinielas dieran a Bonnen como favorito. Pero lo que nadie hubiera podido esperar el modo con el que ha ganado.

La lluvia amenazó pero no le dio por intervenir en la carrera conocida por ‘el infierno del norte’. Los ciclistas se libraron del barro pero no del polvo y aún menos de los sustos, especialmente cuando se atravesaban tramos de pavés.

El favorito no dio tregua desde el arranque. Fue toda una declaración de intenciones ver como Boonen se situó en la cabeza del pelotón para entrar el primero en el siempre difícil tramo de Aremberg. Era como un general que comandaba a su tropa en el avance militar.

En la París-Roubaix se necesita no solo ir bien de piernas sino tener esa pizca de suerte que te haga escapar de los imprevistos. Esa no la tuvieron ni Thor Hushovd ni Sylvain Chavanel. El noruego evitó la caída en los adoquines y la encontró más tarde en el asfalto, el francés por su parte sufrió un pinchazo que le dejaba fuera de la lucha cuando había sido uno de los animadores. Una muestra fue que Chavanel no permitió que se relajase el grupo en el avituallamiento.

Con estos dos gallos descolgados y con la carrera lanzada, Boonen decidió intentarlo a lo épico a falta de más de 50km. para el final. Aceleró el ritmo en cabeza y tan solo su compañero Terpstra fue capaz de seguirle al menos durante algún kilómetro.

Otro de los favoritos que se despidió fue el Italiano Filipo Pozzato por culpa de una caída por lo que en el grupo, en el que rodaban tres corredores del Sky, llegó el desorden y las miradas de unos a otros en busca de quién tenía que responsabilizarse de la persecución.

Boonen ya se iba a más de medio minuto y el español Flecha se vio obligado a intentar saltar en solitario en su búsqueda. A pesar del coraje y del corazón que le puso el ciclista nacido en Junin (Argentina) su intentona cayó en saco roto. Había llegado a recortar la ventaja de Boonen en cinco segundos pero el grupo le neutralizó sin excesivos problemas.

Ahí se acabaron todas las esperanzas de interponerse entre Boonen y la victoria. Poco a poco, la diferencia del belga fue in crescendo hasta sobrepasar el minuto de ventaja. A lo largo de los últimos kilómetros, Boonen se permitió el lujo de ir saludando al público hasta llegar al velódromo de Roubaix al cabo de casi seis horas de pedaladas y temblores.

Allí entró en la leyenda como vencedor por cuarta vez en 'el infierno del norte'. Después de ganar esta temporada las clásicas de Wevelgem, Harelbeke y Tour de Flandes, Boonen, ganador aquí en 2005, 2008 y 2009, ha igualado el récord de victorias de su compatriota Roger De Vlaeminck "Mister París-Roubaix" en este clásico del ciclismo mundial de 257,5 kilómetros con 27 tramos de adoquinado.

Es también la victoria número 55 para un ciclista belga en la clásica del pavés por excelencia, nacida en 1896.