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El Madrid gestiona sus recursos

  • El Real Madrid demuestra que sabe jugar un partido aguerrido
  • En el Bernabéu se va a ver la mayor calidad de los blancos
  • Robben lidera la pequeña revancha del Bayern frente al Inter

Por
REAL MADRID - LEVANTE
El delantero francés del Real Madrid, Karim Benzema

Se presentaba el Madrid ante un partido complicado, por la historia negativa reciente y porque en octavos no hay ningunr rival fácil y el Olympique no lo es.

El comienzo del partido dejó claro que el Madrid iba a mirar a largo plazo tratando de no cometer errores y de castigar al Olympique cuando las fuerzas empezaran a flaquearle. El inicio de los franceses fue muy intenso, con un equipo muy compacto y buscando constantemente la rupturas y los cambios de orientación. Ahí fue donde el Madrid se puso el mono de trabajo y trabajó cada disputa y cada balón como si fuera el último.

Es verdad que no se vio un juego fluido ni brillante pero es que el tipo de partido que proponía el Olympique era un partido aguerrido, con pocos espacios y con mucha disputa. Y en ese tipo de partidos, antes, el Madrid convivía con cierta incomodidad pero ahora sabe perfectamente gestionar los momentos menos brillantes de un partido con orden, intensidad, trabajo y fortaleza física.

En el comienzo de la segunda parte se empezó a ver otro partido diferente, donde la presión del Olympique era menos intensa, menos ordenada y cada vez más atrasada, lo que permitió llevar la iniciativa al Madrid con más claridad. Ese trabajo previo de desgaste comenzaba a dar resultado.

Otro momento importante del partido fue el cambio de Benzema por Adebayor. Se fue el togolés después de hacer el trabajo feo y sucio de pegarse con toda la defensa del Olympique y apareció un fresquísimo Benzema en el momento en el que sus condiciones podían brillar más. Ahí vino la jugada magnífica de Özil, dejando una vez más refrendado que el francés es un delantero potente, pero a su vez frío, teniendo la pausa necesaria para batir a Lloris después de dos amagos preciosos.

A partir de ahí, se intuía más el 0-2 que la reacción del Olympioque, pero una vez más nos queda claro que en Europa, y a partir de estos niveles, cualquier partido que no se cierra corre el riesgo de que el rival resucite en cualquier acción. Y así fue. En una acción a balón parado con cierta fortuna Gomis consiguió un gol que ni ellos mismos imaginaban.

En definitiva, Europa no se regala y hay que trabajar cada partido, cada minuto, cada jugada con máxima intensidad y concentración. A pesar de ello, el resultado es bueno para el Real Madrid y le hace concebir esperanzas más que optimistas para el partido de vuelta. Intuyo que en Madrid va a ser también un partido duro y difícil por parte de los franceses pero también creo en la mayor calidad de los blancos, que se va a ver con mucha más claridad que en Gerland.

El Bayern se toma una pequeña revancha

En la reedición de la final de la copa de europa del año pasado, el Inter demostró saber jugar ese tipo de partidos mejor que el Bayern, pero esta eliminatoria es diferente, le tocaba al Inter asumir el papel de favorito. Pero, una vez más, el Inter juega a lo suyo, por cierto, nada mal le ha ido, y dejó la iniciativa al Bayern viéndose un partido tremendamente bonito y vibrante, donde las ocasiones de ambos equipos y las alternativas con dos estilos diferentes completamente de juego, hacían ver una vez más que en el fútbol cualquier estilo que se lleva a cabo con fe y con rigor es válido.

El Bayern, con Robben y Ribéry a bandas cambiadas, y con Müller en la media punta, muestra unas credenciales ofensivas que pocos equipos en el mundo tienen y el Inter quería vivir del robo y la salida rápida de jugadores de segunda línea, que secundaban a un grandísimo Eto'o, liberado este año de tareas defensivas y desgastándose solamente en las situaciones ofensivas.

En ese intercambio de golpes hay un jugador que sigue mostrando que si las lesiones se lo permiten está entre los tres mejores jugadores del mundo: Robben. El holandés renace después de cada lesión con una fuerza, una claridad y una velocidad dignas del mejor jugador del mundo, Messi. A pesar de la superioridad defensiva del Inter cada vez que el recibia la pelota, él tiene recursos para generar peligro y fútbol en muchísimas situaciones. Y por ahí ha venido el gol de Mario Gómez que hace un poco más favorito al Bayern para el partido de vuelta y que le permite esa pequeña revancha.

Sólo es pequeña, porque quedan 90 minutos contra nada más y nada menos que el Inter. Yo no descartaría a los italianos y mientras tanto, no será una revancha definitiva.