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¿Puede el Madrid jugar como el Barça?

  • El Madrid ha encontrado su mejor juego prescindiendo del doble pivote
  • Su dibujo se asemeja ahora el triángulo de Guardiola en el Barça
  • El francés Lass Diarra es, de momento, el principal perjudicado

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Enfrentamos el nuevo triángulo del Real Madrid con el clásico del Barcelona.
Enfrentamos el nuevo triángulo del Real Madrid con el clásico del Barcelona.

Las dos últimas victorias del Real Madrid ante Deportivo y Espanyol parecen haber marcado un antes y un después en el sistema de Manuel Pellegrini. Dos partidos no demasiado exigentes pero convincentes en cuanto a juego, iniciativa y posesión que coinciden con un cambio en el dibujo del equipo.

El infortunio de las lesiones ha servido al entrenador para encontrarse, de casualidad, con la táctica que más equilibrio y personalidad da al equipo. El binomio Xabi-Lass ha dado paso a la 'doble G' que analizábamos la semana pasada (Guti y Granero) acompañando a un único mediocentro puro, formando un  triángulo de perfil más creativo que además cuenta sus actuaciones por victorias (Villarreal, Deportivo y Espanyol en dos ocasiones).

Es significativo que el Real Madrid empiece a jugar bien a medida que se asemeja en su disposición táctica al Barcelona, ya que la opción favorita de Pep Guardiola es rodear a un mediocentro defensivo (ya sea Busquets, Marquez, Touré o Keita) de su dos 'jugones'  por excelencia: Xavi e Iniesta. Incluso Keita hace de Iniesta cuando éste juega en el trío de ataque. Pero ninguno de esos mediocentros defensivos, al igual que Xabi en el Madrid, es un 'stopper' nato, y de ahí que el principal sacrificado sea Lass Diarra.

Lass: el precio de jugar como el Barça

¿Será su cabeza el precio de la "excelencia"? Indiscutible por sorpresa desde que llegó siendo un desconocido en el mercado invernal el año pasado, el francés, ídolo del Bernabéu por su pundonor (y porque recuerda al añorado Makelele), ha perdido su plaza fija en el once. El balón, tras muchas jornadas entregado al rival, comineza a circular justo cuando él se lesiona y desaparece el doble pivote. Coincidencia o no, lo cierto es que con este sistema su roll se convierte en secundario: suplente de Xabi en el puesto del '5', alternativa a Granero en los partidos más complicados fuera de casa y apagafuegos en el lateral derecho.

Aunque asegura no estar preocupado, seguro que cuando comentaba a final de año que lo mejor del Madrid estaba por llegar no pensaba que iba a ser sin él. Pero así de rápido van las cosas en el fútbol. Lo que ayer era una pieza clave en el robo que además distribuía con criterio, hoy ya... 'no es para tanto'. Incluso en alguna tertulia deportiva de la mañana ya se dice que Kaká juega mejor porque no está Lass para darle "melones". El tren de los oportunistas siempre pasa a la misma hora. Pero esa no es la cuestión.

La comparación del triángulo

La verdadera cuestión a la que se enfrenta el Madrid es saber si puede prescindir de su recuperador de forma habitual. O dicho de otra manera, ¿se atrevería Pellegrini a usar la misma táctica y jugadores en el Camp Nou? Porque ni Guti y Granero están, hoy por hoy, al nivel de Xavi e Iniesta, ni los últimos rivales han sido de altura. Como se aprecia en las siguientes imágenes, el Madrid tiene un largo recorrido hasta llegar al depurado sistema del Barça.

El triángulo culé actúa como un músculo que se contrae defendiendo y se relaja atacando. Muy juntos en defensa (izqda.), basculando y achicando espacios, y muy abiertos con la posesión (dcha.), haciendo el campo más grande, incluso pegándose uno de ellos a la cal, y acompañando la jugada hasta el final (Xavi es un experto llegador desde segunda línea). El hecho de jugar con la defensa tan adelantada permite que Iniesta y Xavi puedan cumplir en las tareas defensivas sin hacer un excesivo desgaste, ya que el recorrido que tienen que hacer es menor.

Por su parte, el Madrid aún pierde el dibujo con facilidad. En ataque (dcha.) tienden a la congestión, metiéndose hacia dentro en vez de ensanchar el campo, mientras que en defensa (izqda.), el poco trabajo que le han dado tanto Deportivo como Espanyol es el culpable de que todavía no se hayan apreciado las carencias. La defensa juega más atrás y Guti y Granero tienen mucho más campo por delante a la hora bajar a cerrar espacios, lo que hace que muchas veces uno de ellos no siga la jugada y el equipo se parta.

Es cierto que la presencia de Ramos en el eje de la defensa, por su extraordinario momento de forma, no obliga tanto a los medios a ayudar a los centrales, pero parece difícil que el Madrid no vuelva a recurrir al doble pivote en más de una ocasión, sobre todo fuera de casa. El partido de Lyon puede ser la piedra de toque que examine la fiabilidad del nuevo dibujo.

¿Cómo juegan los otros grandes de la Champions?

  • El Chelsea tiene a dos de los mejores 'stoppers' del mundo: Essien y Obi Mikel. Hasta la llegada de Ancelotti jugaron muchos partidos juntos, pero el italiano está apostando por uno sólo arropado por Lampard y Malouda o Ballack.
  • El pulmón del Manchester se llama Carrick. Incombustible, elegante y con pegada. La única duda de Ferguson es quién le acompaña cada fin de semana (Fletcher, Scholes, Anderson y en ocasiones Giggs). En casa suele poner el pivote, dejando las bandas a Valencia y Nani, pero en las útlimas grandes citas ha utilizado a dos bregadores al lado de Carrick.
  • El Arsenal juega con un línea de tres en paralelo en el centro del campo con Cesc como jefe. El capitán tiene libertad de movimientos y suele jugar escoltado por Diaby y Denilson a los lados.
  • En el Inter de Milán, Mourinho, fiel a su estilo e igual que hacía en el Chelsea, pone siempre un mínimo de dos hombres de contención por delante de la defensa. Cambiasso es un fijo al que suele acompañar Motta, cuando no se suman los veteranísimos Stankovic o Zanetti.
  • El Bayern de Van Gaal prescinde del mediocentro defensivo, con Schweinsteiger y Van Bommel en un doble pivote con mucha pegada ofensiva.