El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, llegó a la Casa Blanca para pedir armas más potentes, los famosos Tomahawk, capaces de alcanzar Moscú. Pese a que Donald Trump llegó a coquetear con esa idea en los días previos, las expectativas se fueron enfriando. Y el presidente de Ucrania vuelve a su país con las manos vacías.
"Son un arma increíble, muy poderosa. Pero podrían llevar a una escala aún mayor. Y Estados Unidos también los necesita", fue la excusa de Donald Trump.
A diferencia de encuentros anteriores en la Casa Blanca, esta vez la cordialidad fue la nota dominante. Tras el encuentro, el presidente de Estados Unidos llamó a los dos bandos a detenerse de inmediato en la actual línea de batalla. Pero Rusia sigue atacando Ucrania. Las esperanzas se ponen ahora en el próximo cara a cara entre Putin y Trump en Budapest, todavía sin fecha. Ya se vieron en Alaska en agosto y nada cambió, Moscú incluso intensificó sus ataques.
Hasta el momento, la diplomacia de Trump, ha pinchado en hueso con Putin, incapaz de acercar el fin del conflicto.
Foto: REUTERS /Jonathan Ernst
Diario de Ucrania
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