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Miles de tunecinos rememoraron hoy el séptimo aniversario de la caída de la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Ali con diversas manifestaciones independientes que evidencian la creciente fractura social. En la mítica avenida Habib Bourguiba, corazón de aquel movimiento que sorprendió al mundo e hizo florecer las ahora marchitas "primaveras árabes", círculos progresistas y seguidores del islamista partido Ennahda marcharon en direcciones opuestas.

Túnez vive una ola de protestas contra las políticas económicas de recortes y aumento de impuestos del Gobierno, que actúa para satisfacer el déficit y complacer a los prestamistas internacionales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las protestas se iniciaron este pasado lunes en al menos 12 ciudades, incuyendo la capital y los centros turísticos de Susa, Hammamet y Sidi bu Said. En Teburba (40 kilómetros al oeste de la capital), un manifestante murió, según los testigos atropellado por un coche patrulla, lo que ha inflamado aún más los ánimos.

Este martes, 49 policías resultaron heridos y 206 personas fueron arrestadas en enfrentamientos en la capital entre manifestantes y antidisturbios.

Los principales partidos de la oposición han llamado a continuar con las manifestaciones. El primer ministro, Yusef Chahed, que encabeza una coalición de partidos seculares e islamistas, ha pedido calma y ha asegurado que 2018 "será el únio año difícil para los tunecinos".

Hace un año, el gobierno tunecino se comprometió con el FMI a llevar a cabo recortes en la administración y las políticas sociales a cambio de un préstamo a cuatro años por valor de 2.300 millones de euros. Desde entonces, Chahed ha aumentado los impuestos, ha despedido a funcionarios públicos y ha recortado ayudas sociales.

Alí Jameneí habla por primera vez desde que comenzaron las protestas en Irán y culpa a los enemigos del régimen de estar detrás de los disturbios. No menciona a nadie, pero su entorno señala directamente a Estados Unidos, Reino Unido y Arabia Saudí. Ya son al menos 21 los muertos en seis días de manifestaciones. Protestas contra la corrupción y la carestía de la vida, pero también contra el gobierno y el líder supremo del país. Continúan las detenciones de manifestantes. Más de 450 hasta ahora. Se arriesgan a ser acusados de atentar contra la seguridad nacional, lo que está penado con la muerte.

Al menos nueve personas han fallecido en las protestas registradas en Irán en la noche del lunes al martes. Entre los muertos hay un niño, un polícía y un miembro de los Guardianes de la Revolución. Así, ascienden a 21 los fallecidos desde que, el pasado jueves, comenzaran las manifestaciones contra la política económica del Gobierno de Teherán.