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Ofensiva diplomática de Francia en busca de apoyos contra el Estado Islámico, tras los sangrientos atentados de París. El objetivo del presidente Hollande es forjar una amplia coalición para destruir en sus bases a la organización yihadista. El lunes Hollande recibe en el Elíseo al primer ministro británico y al presidente de la Comisión Europea. El martes, viaja a Washington para hablar con Obama. El miércoles se entrevista con la canciller alemana. Y el jueves viaja a Moscú para conocer de primera mano la disposición de los rusos, hasta ahora los principales valedores del presidente Al Asad.

Por segundo día el gobierno de Bélgica mantiene la alerta en el nivel más alto por amenaza de un atentado inminente. La policía busca a varios sospechosos. El metro sigue cerrado y se han anulado casi todos los eventos, incluidos los típicos mercados de la capital comunitaria. Se mantiene la recomendación de evitar lugares donde se concentre mucha gente.

Ahmet Dahmani, belga de origen marroquí. La policía turca le ha detenido en un hotel de lujo en Antalya, en la costa sur. Sospecha que fue quien localizó los objetivos que serían atacados por los terroristas, en Paris. Junto a él, los dos jóvenes que le habrían ayudado a pasar la frontera. Ocho días después, registros e interrogatorios van desvelando detalles de los 3 comandos que actuaron. El presunto cabecilla, Abdelhamid Abaaoud, fue identificado entre los muertos en Saint-Denis. El cerco se cierra sobre Salah Abdeslam, en busca y captura y otros posibles integrantes.

Poco tráfico y calles semidesiertas. Las autoridades recomiendan cerrar bares y restaurantes. Conciertos, partidos y otros eventos multitudinarios, suspendidos. Museos, cines y teatros no han abierto. El centro de la ciudad, tomado por la policía y los militares.

El estado de alerta terrorista en que se encuentra la capital de Bélgica, Bruselas, ha afectado igualmente a las competiciones deportivas. Estas se han visto suspendidas, aunque de momento solo en el área de la ciudad y no a nivel nacional.

Bruselas se enfrenta a una "amenaza grave e inminente", según el Gobierno belga, que ha decidido elevar al máximo nivel la alerta terrorista en toda la región. Se ha cerrado el metro y suspendido todos los actos en los que se preveían aglomeraciones de público y reforzado la seguridad en zonas clave de la ciudad, donde ejército y policía patrullan juntos.