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The Animals: 50 años de rock salvaje

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Hace 50 años, Eric Burdon se integró en la banda liderada por otro joven de Newcastle llamado Alan Price para formar The Animals con Chas Chandler, Hilton Valentine y John Steel. Como The Kinks, The Rolling Stones, The Yardbirds y otras bandas ilustres de la primera oleada del pop británico, The Animals fijaron el punto de mira de su estilo en el blues y el R&B. En 1964, bajo el padrinazgo del productor Mickie Most, se establecieron en Londres y abrieron su paleta al cancionero de otros artistas, siempre desde los presupuestos de la música negra norteamericana.

La casa del sol naciente

Fue entonces cuando se toparon con “The house of the rising sun”, una de esas piezas de folk que habían sobrevivido milagrosamente en la memoria desde el siglo XIX, y que acababa de grabar Bob Dylan en su primer LP. Burdon y sus compinches engalanaron la melodía (basada en una vieja canción popular inglesa) con los memorables arpegios en la menor de Valentine y el órgano sinuoso de Price y registraron uno de los grandes himnos de la historia del folk-rock, cuando ni siquiera The Byrds habían acuñado ese nombre en Estados Unidos.

Mientras disfrutaban de las mieles de un éxito inesperado y en todo el mundo se grababan versiones del tema inspiradas en los arreglos del grupo, The Animals continuaron produciendo fibrosas lecturas de clásicas mayores y menores del R&B y temas escritos especialmente para ellos desde el Brill Building: “It’s my life”, “Don’t let me be misunderstood”, “We’ve gotta get out of this place”, “Bring it on home to me”…

En España se publicaron numerosas versiones de “La casa del sol naciente” (Bruno Lomas, Els Dracs, Micky y Los Tonys, Los Diablos Negros, Los Ágaros, César y Sus Senadores, Los Junior’s, Los Catinos) aunque la más cercana a la letra y al espíritu del hit de The Animals fue la de los barceloneses Lone Star, con la garganta prodigiosa del gran Pedro Gené al frente.

Del R&B rasposo al rock psicodélico

En 1966, el grupo original se disuelve, Chas Chandler inicia una brillante carrera como manager, primero de Jimi Hendrix y luego de Slade, y Burdon lidera una nueva banda llamada Eric Burdon & The Animals, reinstalada en California, cuya música se inclina hacia los nuevos sonidos psicodélicos que llegan de la Costa Oeste de Estados Unidos, con piezas paradigmáticas como “San Franciscan nights”, “Good times”, “Sky pilot”, “Monterey” o “We love you Lil”.

En 1969, esta segunda encarnación de The Animals muere y Eric Burdon inicia una prometedora carrera con el grupo interracial War y luego como solista, aunque aún habría tiempo para que los Animals originales grabaran dos últimos discos: el sensacional “Before we were so rudely interrupted” (1977) y el mediocre “Ark” (1983).

En todo caso, la herencia del grupo, su genuina idiosincrasia como catalizador del rock más energético y negroide de los años 60 se revela en las palabras que le dedica Nik Cohn en esa estupenda crónica de los años 60 que es “Awopbopaloobop Alopbamboom”: “Musicalmente, The Animals eran bastante limitados, pero tenían mucha energía y golpeaban muy duro. Lo único que importaba era su tremendo magnetismo.

Alan Price tocaba un órgano muy duro; Eric Burdon cantaba y era un tipo rarísimo. Burdon era pequeño y redondo y no afinaba demasiado al cantar, pero gritaba de un modo apasionado y salvaje. Siempre fue un fanático. Había ido a la escuela de arte e idolatraba a Ray Charles. Sí, esa es la palabra, le idolatraba. Salía al escenario como un buñuelo explosivo, rechoncho y extático, aullando blues. Por aquella época era un borracho simpático y tenía verdadero talento”.

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