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Rescatados los primeros cuatro niños atrapados durante dos semanas en una cueva inundada en Tailandia

  • El descenso de los niveles de las aguas permite que los niños puedan caminar en gran parte del trayecto
  • Los doce niños y su entrenador de fútbol estaban atrapados en la cueva desde el pasado 23 de junio

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Rescatados los primeros cuatro niños atrapados en una cueva inundada en Tailandia

Los equipos de rescate han logrado sacar a los primeros cuatro niños que permanecían atrapados en una cueva inundada en el norte de Tailandia, ha comunicado Narongsak Ossottanakorn, portavoz oficial de la operación de rescate.

Ossottanakorn ha añadido que han sido ingresados en el hospital de Chiang Rai, aunque no ha querido precisar el estado de salud de los rescatados ni sus nombres o edad. "La misión ha sido más exitosa de lo que esperábamos", ha afirmado.

El jefe de la operación ha detallado que el primer niño salió de la cueva a las 17.40 hora local (12.40 hora peninsular española) y ha destacado que en las labores de rescate están participando 90 buzos, 50 extranjeros y 40 tailandeses.

Las autoridades no han revelado las identidades de los cuatro niños rescatados de la cueva en Tailandia

Según ha explicado a AFP Kongcheep Tantrawanit, portavoz del Ministerio de Defensa, los niños han sido llevados en un primer momento hasta la tercera cámara de la cueva, donde se ha instalado una base de ayuda, desde donde "pueden salir a pie" hasta el exterior.

No obstante, habrá que esperar al menos hasta este lunes para proceder al rescate del resto de atrapados ya que, según ha explicado el portavoz de los efectivos de rescate, es necesario reponer las bombonas de aire comprimido colocadas a lo largo de la travesía y evaluar la nueva fase del operativo. "Comenzaremos entre dentro de 10 horas y en menos de 24", ha estimado.

Un rescate muy complicado

Las autoridades de Tailandia comenzaron en la mañana de este domingo la operación de rescate de los doce niños y su entrenador de fútbol atrapados desde el pasado 23 de junio en una cueva del norte de país. Serán evacuados "uno por uno" y esta delicada operación de rescate podría prolongarse "dos o tres días", según los responsables del gabinete de crisis.

Narongsak Ossottanakorn ha señalado que el nivel del agua que inunda parcialmente las grutas ha descendido de forma notable, por lo que los niños podrán caminar en gran parte del trayecto. "Ellos pueden caminar ahora a lo largo de muchas partes. Es el momento mas adecuado para sacarlos", ha explicado.

Las operaciones se desarrollarán de manera gradual, sacando primero a los niños en mejores condiciones físicas y psicológicas. En cada viaje a la gruta donde se hallan los menores los buzos tienen que recorrer unos 1,7 kilómetros de estrechos pasadizos subterráneos entre visibilidad nula y corrientes de agua, un camino que toma, ida y vuelta, unas 11 horas.

Así es la operación de rescate para salvar a los 12 niños atrapados y a su entrenador

El temor a las lluvias precipita las operaciones

Horas antes las autoridades dieron órdenes para que los más de mil profesionales de la información apostados en las proximidades de la cueva abandonaran la zona. Doctores y miembros de la asistencia sanitaria han sido desplegados dentro y en las proximidades de la caverna para proceder a un posible traslado de emergencia del grupo, ha apuntado Narongsak.

La avanzadilla de fuertes lluvias que regó el sábado por la noche la región puede ser la señal que desencadenó el inicio de las operaciones. "Las precipitaciones son una de las principales preocupaciones. El agua (filtrada por el monte) puede volver a inundar las galerías", declaró en una de sus comparecencias ante los medios el portavoz oficial.

Tras un ventana climatológica favorable las aguas han cedido a lo largo de todo el complejo subterráneo gracias a los escapes naturales y al incesante drenaje artificial. Pero la llegada de más lluvias, previstas desde este domingo hasta el miércoles, podrían aumentar la presión en la ya de por sí complicada misión de rescate, en la que la subida del agua y el descenso de los niveles de oxígeno añaden más angustia a la supervivencia de los atrapados.

Dificultades del rescate

Su situación ha conmocionado a Tailandia y al resto del mundo, ante las dificultades de las autoridades para trazar un plan de rescate en un laberinto de pasadizos retorcidos, estrechos y escarpados que en algunos lugares están completamente inundados.

Más de 130 millones de litros han sido drenados del interior de la cueva desde el inicio de las operaciones de rescate, aunque el nivel del agua sigue alto en los puntos cruciales para la operación de salvamento.

El rescate presenta otras dificultades adicionales. El agua en la cueva es fangosa y poco clara (un buzo la ha comparado con el color del café con leche), por lo que se han instalado cuerdas para ayudar a guiar a los niños a través de la oscuridad. Dos buzos acompañarían a cada uno de los chicos fuera de la cueva.

La muerte de un exbuzo de la marina de guerra tailandesa que se quedó sin oxígeno en la cueva el viernes subrayó el peligro del viaje, incluso para los profesionales más capacitados.

Imagen de las tareas de drenaje artificial en el interior de la cueva.

Quince días atrapados

Los integrantes del "Wild Boars", un equipo de fútbol compuesto por doce niños y su entrenador, quedaron atrapados en la cueva Tham Luang, en la norteña provincia de Chiang Rai, al ser sorprendidos por una súbita tormenta que inundó parcialmente la caverna e impidió su salida.

El grupo -compuesto por doce niños de entre 11 y 16 años y un adulto de 26- fue encontrado la noche del lunes en una isla de terreno seco cuatro kilómetros adentro de la caverna y tras nueve días de intensa búsqueda en la que participaron más de 1.300 personas.

Fue un equipo formado por diez militares -entre ellos un médico y un psicólogo- el que logró acceder a la zona donde se encuentran las víctimas, con suministros y medicinas. A pesar de encontrarse débiles y hambrientos, los escolares y el monitor han recibido un entrenamiento intensivo para aprender a bucear, una actividad que los expertos califican de elevado riesgo.

Los pequeños han podido contactar con sus familias vía carta, en unos textos en los que el mensaje común era: "Estamos bien, no os preocupéis". El entrenador de los chicos, Ekkapol Chantawong, a quien muchos tailandeses criticaron por llevar a los niños a la cueva, también se disculpó. "A todos los padres, todos los niños todavía están bien. Prometo cuidar de la mejor manera posible a los niños", escribió en una nota que dio a los buceadores el viernes.