El Aquarius confirma que al menos dos migrantes murieron ahogados en la operación de rescate

• La tripulación del barco ha hecho un nuevo recuento y está "desolada"
• Unas cuarenta personas cayeron al agua y murieron un sudanés y un nigeriano

Migrantes rescatados en lanchas por el Aquarius el pasado sábado en el Mediterráneo.

El rescate del Aquarius el pasado sábado en aguas del Mediterráneo, entre Italia y Malta, se saldó con, al meno, dos migrantes muertos, según han confirmado las ONG que operan el Aquarius, Médicos Sin Fronteras y SOS Méditerranée. Después de un nuevo recuento definitivo y tras recopilar el testimonio de los rescatados, "se ha confirmado que no se llegó a tiempo con dos personas, un nigeriano y un sudanés", informa la periodista de RNE Sara Alonso, que presenció la operación de rescate.

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En la misión, "el segundo barco se acercó, hubo complicaciones y 40 personas cayeron al agua", explican desde las ONG. Entonces, con ayuda del helicóptero de la Marina italiana, estuvieron rastreando la zona en busca de los accidentados, con la dificultad de la poca visibilidad nocturna. Encontraron dos chalecos flotando, pero sin rastro de vida.

Más de una veintena de nacionalidades entre los migrantes

Después de días de inquietud por el conflicto italiano y la incertidumbre generada en el barco ante el viaje a España, la tripulación investigó el jueves la muerte de los dos hombres, informa Sara Alonso. Las personas rescatadas por el buque humanitario pertenecen a 27 nacionalidades distintas, de países como Afganistán, Argelia, Bangladesh, Guinea Conakry, Marruecos, Nigeria (148) , Sudán (152) o Eritrea.

El cooperante de SOS Méditerranée Alessandro Porro ha descrito a Efe algunas de las "historias de secuestros, violaciones y torturas" en Libia recopiladas sobre el viaje de los migrantes. "Éramos 135 en un bote. Salimos de Libia por la noche. Ninguno de nosotros tenía un chaleco salvavidas. Ellos nos habían pedido mucho dinero para darnos uno y ninguno de nosotros lo tenía", contó uno de los migrantes a Porro.

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"Pasamos 24 horas en el mar y el bote empezó a llenarse de agua. Estaba muy asustado. Nos caímos al mar. Estaba helado y me quedé completamente desnudo. La gente a mi alrededor intentaba agarrarse a lo que podía. Tuve que luchar para poder coger uno de los chalecos que me tirasteis y al final lograsteis salvarme y llevarme a un médico. Solo puedo decir gracias a cada una de las personas que están en este barco", añade.

El barco, que se vio obligado a desviar su trayectoria el jueves ante las malas condiciones climatológicas, llegará previsiblemente a Valencia el domingo. Entretanto, los migrantes van adaptándose a la vida a bordo del Aquarius y han recibido más suministros en Cerdeña, además de juguetes para los más pequeños.

Valencia ultima la llegada

La expectación por llegar a España crece entre las 106 personas que viajan a bordo del Aquarius, que, previsiblemente, llegarán al "puerto seguro" el domingo "antes de las 11:00 de la mañana", según ha informado la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Celaá. "¿Cuándo llegamos?", preguntan insistentemente, según ha indicado el cooperante de SOS Méditerranée Alessandro Porro a Efe. Aunque "están exhaustos", mantienen la alegría, "responden con agradecimiento y nos ayudan a preparar la comida. [...] Se han instaurado unas dinámicas que no son ya las de socorristas y socorridos sino de total normalidad".

Mientras, Valencia tiene preparado el dispositivo de atención a los migrantes, que llegarán "de manera escalonada", según anunció el jueves la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Allí serán atendidos por más de 1.000 personas de varias ONG lideradas por la Cruz Roja, para primero ser atendidos por los médicos y después revisar la situación "de forma individual", con el objetivo de ofrecer el estatus de refugiado a los que cumplan con los requisitos o ser enviados a Centros de Internación de Extranjeros (CIES).

Este viernes, preguntada sobre la posibilidad de que se expulse a algún migrante, Celaá ha insistido en que "no se descarta nada" porque se actúa en función de las leyes europeas, aunque sí que se vaya a producir un "efecto llamada". "Todo el mundo conocerá si tiene estatus de refugiado, solicitante de asilo o si tiene delitos que le hacen acreedor para ser expulsado", ha dicho.

Por su parte, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha pedido en una entrevista en RNE que no se haga espectáculo de la llegada del Aquarius y no se les envíe a los CIES. Con el futuro incierto de los migrantes, Francia se ofrecía el jueves a acoger a los solicitantes de asilo una vez se haya revisado su situación en España.