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Muere Alfie Evans, el bebé británico en el centro de una batalla judicial

  • El niño sufría una rara enfermedad degenerativa irreversible
  • La Justicia británica impidió a sus padres trasladarlo a Italia

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Muere Alfie Evans, el bebé británico en el centro de una batalla judicial

El niño británico Alfie Evans,  que sufría una enfermedad degenerativa, ha muerto. Sus padres plantearon una batalla judicial para trasladarlo a Italia y que fuera tratado allí, algo a lo que la Justicia británica se opuso. En un mensaje colocado en la red social Facebook, su padre, Tom Evans, ha anunciado el fallecimiento del niño con un mensaje: "Mi gladiador ganó su escudo y sus alas a las 02.30... absolutamente desconsolados".

Los padres de Alfie, de 23 meses de edad, desafiaron durante los últimos meses a la Justicia británica y al hospital donde estaba internado en Liverpool para conseguir que su hijo fuera trasladado a Italia, donde un hospital mostró su disposición a tratarle. De acuerdo con el hospital, el bebé, nacido el 9 de mayo de 2016, tenía una patología neurodegenerativa rara para la cual no había tratamiento.

Los médicos le desconectaron de las máquinas que le mantenían con vida el pasado lunes por la noche, después de haber estado ingresado en el centro Alder Hey Children's Hospital desde 2016.

Pese a retirarle la asistencia, Alfie continuó respirando por sí mismo durante varias horas, tras lo cual le fue suministrado de nuevo oxígeno. Esto, según su padre, demostraba que podía respirar solo y que su estado de salud era "significativamente mejor" que el evaluado por los médicos.

Los padres perdieron su último recurso el miércoles

La justicia británica, sin embargo, había determinado en febrero que esa medida era en "interés" del bebé, cuyo cerebro había quedado dañado por la enfermedad y había perdido la vista, el oído y el tacto.

El Tribunal Supremo del Reino Unido ratificó esa decisión la semana pasada, mientras que la Corte de Apelaciones denegó el miércoles a los padres el derecho a llevarlo al hospital pediátrico de Roma Bambino Gesù, gestionado por el Vaticano, que se ofreció a mantenerle el soporte vital.

Tras la última negativa de la Corte de Apelaciones, el padre de Alfie aseguró que colaboraría con los médicos del hospital de Liverpool, a quienes había acusado en días atrás de mantener "prisionero" a su hijo. Evans afirmó que trabajaría con el equipo de doctores para ofrecer al bebé "la dignidad y el confort que necesita".

Durante el proceso judicial de los últimos meses, el hospital argumentó que los escáneres cerebrales de Alfie mostraban una "degradación catastrófica" de los tejidos y consideró "inhumano" mantener un tratamiento.