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La ONU eleva a 370.000 los refugiados rohinyá que han huido de la violencia en Birmania

  • Las organizaciones internacionales temen que el número se incremente rápidamente
  • El 60% de los refugiados son niños
  • Presión internacional sobre Birmania, que recibe el apoyo de China

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Una familia rohinyá en una campamento temporal en Ukhiya, en Bangladés
Una familia rohinyá en una campamento temporal en Ukhiya, en Bangladés

La ONU cifra en 370.000 los musulmanes rohinyá que han huido de Myanmar (la antigua Birmania) y han entrado en Bangladés huyendo de la violencia desatada desde el pasado 25 de agosto. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) teme que el número pueda incrementarse rápidamente, informa Efe. .

De ellos, 220.000 han cruzado en sólo tres días, según Unicef, que ha destacado el hecho de que el 60% de los refugiados son niños.

Los centros de atención necesitan agua potable e instalaciones sanitarias básicas. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha informado de que kis aviones están llegado a la capital bangladesí, Dacca, con material de ayuda humanitaria.

El destino de su carga serán los campamentos de refugiados en Cox's Bazar, en el sureste del país, donde se concentran unos 25.000 refugiados.

Funcionarios bangladesíes han empezado a registrar e identificar a los refugiados tomando sus huellas y fotografías. "Es una tarea enorme. El número se incrementa cada día", ha declarado a Reuters un funcionario de esta zona.

Presión sobre Birmania

Mientras tanto, crece la presión internacional para que Birmania ponga freno a la violencia y al éxodo de los rohinyás.

Estados Unidos, aliado de la líder birmana y premio Nobel de la paz Aung San Suu Kyi durante la transición de su país a la democracia, ha pedido que cese la violencia contra los civiles. "Llamamos a las autoridades de seguridad birmanas a respetar el imperio de la ley, parar la violencia y terminar con el desplazamiento de civiles de todas las comunidades", ha señalado la Casa Blanca en un comunicado.

La primera ministra de Bangladés, Sheij Hasina, ha advertido a su vecino que tendrá que readmitir a todos los refugiados y ha instado a habilitar zonas seguras dentro de Birmania. "Ha creado un problema y tendrá que solucionarlo", ha declarado Hasina.

Pakistán, durante un discurso ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, donde ha hablado en nombre de la Organización para la Cooperación Islámica, ha pedido a Birmania que se deje "promesas incumplidas". "La discriminación, la violencia y los actos de odio son intolerables", ha declarado el representante paquistaní.

El Ministerio de Exteriores birmano ha respondido a estas presiones con una declaración oficial. "El Gobierno de Myanmar comparte plenamente las preocupaciones de la comunidad internacional respecto al desplazamiento y al sufrimiento de todas las comunidades afectadas por la última escalada de violencia iniciada por los actos de los terroristas".

Apoyo de China

China, en cambio, ha adoptado una posición de respaldo a Birmania. "La comunidad internacional debiera apoyar a Myanmar en sus esfuerzos para salvaguardar el desarrollo y la estabilidad", ha declarado el Geng Shuang, portavoz del Ministerio de Exteriores chino.

30.000 budistas han tenido también que abandonar sus hogares, según el gobierno birmano.

Más de 400 personas han muerto en el estado de Rakáin (suroeste) en enfrentamientos entre el Ejército y un grupo insurgente autodenominado Ejército de Salvación de Rakáin, que dice defender los derechos de los rohinyás. Esta minoría musulmana carece de ciudadanía y derechos civiles y políticos en Birmania, de mayoría budista.

La ONU ha denunciado que las operaciones del Ejército y la actuación de grupos de budistas armados equivalen a una "limpieza étnica".