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El Supremo de Brasil autoriza una investigación contra Temer por el supuesto soborno a un diputado

  • Se investiga si compró el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados
  • Temer se cree víctima de una "conspiración" y resiste las llamadas a dimitir

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El Supremo brasileño autoriza investigar a Temer por el supuesto soborno a un diputado

El Tribunal Supremo de Brasil ha autorizado este jueves la investigación contra el presidente Michel Temer, objeto de una grave denuncia que sugiere que intentó comprar el silencio de un influyente diputado que está preso. La oposición brasileña, reforzada por algunos legisladores de la base oficialista, han exigido la renuncia de Temer, quien parece resistir de momento una tormenta política que también se ha sentido hoy en los mercados con el desplome de la Bolsa y la depreciación del real.

El escándalo estalló este miércoles, cuando el diario O Globo difundió unos audios en los que se escucharía a Temer avalando un presunto soborno al expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, en prisión por participar en la trama de corrupción en Petrobras. Cunha es un antiguo aliado del gobernante y promotor del juicio político que condujo el año pasado a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y, por consecuencia, llevó a Temer al poder.

Un día después de revelarse los audios facilitados por un empresario que colabora con la Justicia en investigaciones sobre corrupción, el magistrado Edson Fachin, instructor del caso Petrobras en el Supremo, ha decidido dar luz verde a la petición realizada por la Procuraduría General de la República, por lo que Temer pasa a ser formalmente investigado en el marco de la operación Lava Jato.

De acuerdo con la Constitución brasileña, un presidente sólo puede ser investigado por los actos cometidos durante el ejercicio de su mandato, y la supuesta obstrucción a la Justicia fue realizada por Temer el pasado marzo. Temer está en el poder desde mayo de 2016 y de forma efectiva desde el 31 de agosto, cuando Rousseff fue destituida por el Congreso en el marco de un juicio político por el maquillaje de las cuentas públicas.

El presidente de Brasil, Michel Temer, junto al exjefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha

El presidente de Brasil, Michel Temer, junto al exjefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha REUTERS

Temer se siente víctima de una "conspiración"

Antes de ser formalmente investigado por el Supremo, Temer dijo que se sentía parte de una "conspiración", según el senador Sergio Petecao, su aliado político y uno de los pocos que se ha reunido con él en las últimas horas.

Tras reunirse con el presidente, Petecao dijo a Radio Senado que Temer estaba "tranquilo" y que le garantizó que "no va a caer". "Dijo que está firme y con la conciencia tranquila", indicó el senador, miembro del Partido Social Democrático, que integra la coalición de Gobierno, en la que algunos sectores se han sumado a la oposición para exigir la "inmediata" renuncia de Temer.

Según Petecao, Temer dijo que "cree en una posible conspiración, pero no aclaró de dónde podría venir".

La audiencia con Petecao fue la única actividad prevista en la agenda de Temer que se cumplió, pues el mandatario decidió cancelar una veintena de reuniones con parlamentarios planeadas para este jueves y solo entrevistarse con sus ministros más próximos.

Entre ellos, los titulares de la presidencia, Eliseu Padilha, y de la Secretaría de Gobierno, Wellington Moreira Franco, quienes en sendos mensajes difundidos por redes sociales han defendido a Temer y han afirmado que "Brasil no puede parar" por "unas meras denuncias".

En sus mensajes, Padilha y Moreira Franco, ambos investigados por su presunta participación en la red de corrupción que operó en la estatal Petrobras, han pedido "serenidad" y han coincidido en que los hechos "deben ser esclarecidos", pero que "nadie puede ser condenado anticipadamente".

El escándalo de corrupción que sacude Brasil salpica a Temer

Peticiones de dimisión

Algunos de los partidos oficialistas se han pronunciado a favor de una renuncia "inmediata" de Temer, ya pedida la noche de este miércoles por la minoritaria oposición.

"Frente a la gravedad del escenario y con la responsabilidad de no dejar que Brasil se sumerja en lo imponderable, sólo nos resta la renuncia del presidente Temer", ha dicho el senador Ronaldo Caiado, del partido Demócratas, que integra la coalición de Gobierno.

Esa posición ha sido respaldada por el jefe del grupo del también oficialista Partido Popular Socialista en la Cámara baja, Arnaldo Jordy, quien ha afirmado que el Gobierno de Temer "acabó".

Según Jordy, Temer "debe pactar una salida institucional", la cual incluya "anticipar el proceso electoral", previsto para octubre del año próximo, a fin de "devolver a las urnas la decisión" sobre el futuro del país.

En medio del escándalo, el ministro de Ciudades de Brasil, Bruno Araújo, ha dimitido. Su renuncia ha sido confirmado por fuentes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), uno de los principales pilares del Gobierno de Temer en el Parlamento y cuyo presidente, Aécio Neves, fue objeto esta mañana de una vasta operación policial por asuntos de corrupción.

El apoyo del oficialismo se resquebraja

Según dijeron otras fuentes, la renuncia del ministro responde al malestar causado en ese partido tanto por la situación de Neves como por unas informaciones que implican directamente a Temer en intentos de obstruir la acción de la Justicia en asuntos vinculados a las investigaciones de corrupción en la compañía estatal Petrobras.

El PSDB, uno de los principales partidos del país, también cuenta en el Gobierno de Temer con el ministro de Relaciones Exteriores, Aloysio Nunes, quien ha suspendido ete jueves sus actividades para centrarse en la delicada situación de su partido y del propio Ejecutivo.

Hasta ahora, en el marco oficialista han pedido la dimisión de Temer parlamentarios de los partidos Demócrata (DEM y Popular Socialista (PPS), que así como el propio PSDB barajan la posibilidad de abandonar el Gobierno en caso de que Temer insista en permanecer en el cargo.

El escándalo político ha tenido un enorme eco en los mercados. La Bolsa de Sao Paulo se ha desplomado un 8,80% al cierre y ha tenido que suspender su cotización después de perder más de un 10% en sus primeros movimientos, mientras que en el mercado de divisas, el real brasileño se ha depreciado un 8,96% frente al dólar.