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Caso Madrid Arena

El supervisor del Samur asegura que solo se reanimaba a una de las jóvenes en parada cardiorrespiratoria

  • El Samur, señala, solo recibió aviso de una parada cardiorrespiratoria
  • Afirma que ninguna de las tres jóvenes tenía cogida una vía para la adrenalina
  • El Samur no cubría la macrofiesta porque les dijeron que habría un servicio privado

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Los médicos del Madrid Arena en la noche de la tragedia en la que murieron cinco jóvenes Simón Viñals y su hijos Carlos Viñals
Los médicos del Madrid Arena en la noche de la tragedia en la que murieron cinco jóvenes, Simón Viñals y su hijo, Carlos Viñals.

El supervisor del Samur la noche en que murieron cinco jóvenes en el Madrid Arena, Antonio San Juan, ha afirmado este miércoles en su declaración ante la Audiencia de Madrid en el juicio por la tragedia que cuando llegó solo se estaba haciendo masaje cardíaco a una de las tres chicas que estaban en parada cardiorrespiratoria y que Carlos Viñals, uno de los responsables médicos, únicamente daba ventilación asistida.

Durante su declaración, San Juan ha aseverado que la reanimación que se estaba haciendo a las chicas "era bastante precaria" y que "las maniobras no eran adecuadas".

Según el testigo, un técnico sanitario contratado por Simón Viñals -responsable del equipo médico- era el único que hacía masaje cardíaco a una de las chicas mientras las otras dos solo recibían ventilación asistida.

El testigo ha relatado que el Samur solo recibió aviso de una parada cardiorrespiratoria y no de tres, por lo que "se necesitaban refuerzos", y que cuando llegó "Simón Viñals estaba de pie en la puerta, sin hacer reanimación ni dar ninguna orden".

"La escena que vi fue un sitio gris, poco claro, y había tres pacientes, una en una camilla al fondo a la izquierda, y dos pacientes en el centro y la derecha. Había un biombo y una mesa. Había una persona sin hacer masaje; luego me dijeron que era el hijo de Simón Viñals. Iba vestido de paisano y estaba dando respiración", ha descrito.

Asegura que ninguna de las víctimas tenía una vía para la adrenalina

Según ha detallado el jefe del operativo del Samur, las tres pacientes estaban distribuidas en forma de triángulo. Además de Carlos Viñals a la izquierda, que asistía a Rocío Oña; en el centro había un técnico de una ambulancia privada haciendo "un masaje correcto sin ventilación" a Katia Esteban; mientras que a la derecha había otro técnico dando 'ambú' (ventilación asistida con mascarillas) a Cristina Arce.

San Juan no ha sabido confirmar si se desfibriló a las chicas porque no vio ningún desfibrilador y que solo había "un monitor apagado".

El médico del Samur ha declarado que tampoco vio ninguna ampolla de adrenalina y ha asegurado que ninguna de las víctimas tenía cogida una vía para introducir la adrenalina y hacer así eficiente la reanimación cardiopulmonar.

Un técnico sanitario contratado por Simón Viñals afirmó este martes ante el tribunal que no se aplicó gel a las palas del desfibrilador, lo que, según San Juan, si hubiese sido así "debería haber dejado marcas en el cuerpo de las víctimas" y que él no las vio. Al respecto apostilló: "Si se utiliza gel suelen quedar restos y yo no recuerdo que hubiese".

Contradice el testimonio del doctor Viñals

El doctor Simón Viñals, durante su declaración como acusado las primeras semanas del juicio, descargó la responsabilidad sobre los servicios del Samur y les acusó de no continuar con la reanimación que ellos empezaron: "El médico del Samur solo se acerca a las víctimas, simplemente las observa y sale inmediatamente".

Sin embargo, San Juan ha afirmado este miércoles que estuvo masajeando a Cristina Arce y a Rocío Oña, dos de las cinco chicas fallecidas, y que, de hecho, Rocío recuperó el pulso durante su reanimación.

Antonio San Juan ha explicado que el servicio de Samur no cubría aquella noche la macrofiesta porque les dijeron que ya había contratado un servicio privado, como así ha confirmado el representante legal de la empresa de ambulancias contratada por Simón Viñals, Jorge Rodríguez.

Rodríguez ha atestiguado que aquella noche estaban contratadas dos ambulancias con dos conductores y dos camilleros, pero sin personal sanitario y con una función "de carácter preventivo".

El equipo médico que finalmente participó en la macrofiesta estuvo compuesto por el doctor Simón Viñals, de 72 años; su hijo, Carlos Viñals, y un auxiliar octogenario, Cecilio Page, que se había jubilado en 1997, así como cuatro técnicos sanitarios contratados.