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Artur Mas convocará elecciones el lunes si no hay pacto con la CUP, pero no hará más ofertas

  • "El lunes firmaré el decreto de convocatoria de elecciones", afirma
  • El líder de CDC abronca a la CUP por un "error de gigantescas proporciones"
  • Considera un error haber confiado en el "sentido de país" de los antisistema
  • Afea que quieran imponer su voluntad de "hiperrevolucionarios de súperizquierda"

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Artur Mas dice que firmará el lunes el decreto de convocatoria si no hay acuerdo

El presidente de la Generalitat en funciones y candidato de Junts pel Sí, Artur Mas, ha tomado la palabra dos días después del no definitivo de la CUP a su investidura en el cargo y, en un tono admonitorio, les ha reprochado su comportamiento, que califica de "error de proporciones gigantescas", porque aborta el camino de la hoja de ruta independentista iniciada con las elecciones del 27S, y ha rechazado hacer nuevas ofertas a los antisistema, a los que ha llegado a tildar de "hiperrevolucionarios de la súper-izquierda".

De esta manera, y pese a una última invitación mutua de Junts pel Sí y la CUP para apurar los plazos de un acuerdo de investidura antes del 10 de enero, Mas da por hecho que no habrá progresos por esa parte y que, aunque no es lo que desea, el lunes 11 de enero firmará el decreto de convocatoria de elecciones anticipadas, que casi con certeza serían el 6 de marzo.

Ha dejado, no obstante, una última rendija abierta: "Tengo hasta el día 11 para firmarlo, no lo haré hoy ni mañana", pero al mismo tiempo advierte de que un eventual acuerdo no será "a cualquier precio", ha dicho en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consell Executiu de su gobierno.

Pero lo cierto es que el tono de Mas en su intervención da por zanjadas en la práctica las negociaciones, ya que ha dedicado más tiempo a amonestar con dureza a la CUP y hacerles responsables -en concreto, a la mitad que votó en contra de su investidura- de que no haya un acuerdo porque sus diez diputados han tratado de "imponer su voluntad" a los 62 de Junts pel Sí por encima de la causa prioritaria de la independencia.

"La Presidencia no es una subasta de pescado"

Mas ha resumido el contenido de las negociaciones mantenidas durante los últimos tres meses, con ofertas que, además de adoptar como propias medidas sociales, pasaban por repartir y rotar la presidencia de la Generalitat y a otras propuestas que no han llegado a buen puerto. "Hemos tenido toda la paciencia del mundo, más que la que tuvo Job", ha dicho.

"Ninguna de las ofertas ha servido para desbloquear la legislatura", ha lamentado Mas, quien no quiere ceder la presidencia a cambio del sí de los anticapitalistas, por dos motivos: porque el camino de la independencia "se construye sumando, no restando", y, ha llegado a afirmar, "por dignidad, la Presidencia de la Generalitat no es una subasta de pescado".

Con todo, se ha mostrado dispuesto a que haya un acuerdo esta semana, sobre cuyas claves no ha aportado nada que pueda cambiar las posiciones fijadas hasta ahora por Junts pel Sí, que no quiere sacrificar a Mas, y la CUP, que no le quiere de ninguna manera.

"Hasta el domingo hay tiempo para que haya investidura. Pero quiero dejar muy clara una cosa: se han hecho tantos ofrecimientos que queda claro que no podemos hacer más", ha sostenido.

"La decisión tomada por el cincuenta por ciento de la CUP tiene consecuencias", ha afirmado, sobre el balance de la Asamblea Nacional de la CUP en la que sus militantes se dividieron por la mitad entre los partidarios y los detractores de la investidura del líder de Convergència.

"No permite empezar la legislatura y aplicar el mandato que recibimos de las urnas con una participación altísima" en las elecciones del pasado 27 de septiembre, que Junts pel Sí planteó como un plebiscito en favor del inicio de un proceso independentista que, previa "desconexión" con el resto de España, desembocara en 18 meses en la proclamación de una República catalana.

El presidente de la Generalitat en funciones ha lamentado que "la mitad de la CUP" haya impuesto su voluntad "a la otra mitad", a la que reconoció, especialmente a Antonio Baños, su "honestidad" en estos tres meses. "Si él se va, que es el cabeza de lista, quiere decir que personas muy relevantes de la CUP no están de acuerdo con la decisión tomada", sentenció.

El error de "confiar en el sentido de país" de la CUP

"Reconozco un error por mi parte y de Junts pel Sí: haber confiado en el sentido de país de la CUP", ha afirmado un irritado Artur Mas. "Pensamos que en las condiciones históricas en las que estábamos la CUP tendría este sentido y que los tres meses de negociaciones fueron el peaje obligado para ir interpretando bien las cláusulas y condiciones, madurando una solución que tenía que haber sido buena".

Sin embargo, ha continuado, "se ha demostrado que lo que impera es el espíritu revolucionario y en contra de casi todo, por encima del sentido de país", y ha criticado que la CUP acabe con el proceso por su fijación en apartarle a él.

"Que la CUP quiera hacer una hiperrevolución social es legítimo, pero que como consecuencia de ello se vaya contra todo y no vean que estamos en un momento trascendente y que no se pueden poner palos en las ruedas les quita el sentido de país".

"El gran error de la CUP es no admitir que convertir Cataluña en un Estado requiere sumar y no restar, incluir y no excluir, votar y no vetar. La CUP quiere imponer su ley desde unos pocos, pero se necesita a muchos, a clases medias a las que la CUP no representa, y también a las clases populares, pero no a hiperrevolucionarios de la súper-izquierda".

Les ha afeado además "el mínimo sentido de la realidad" que les ha llevado a tratar de imponer sus condiciones siendo una formación minoritaria e incluso les ha augurado que si no entienden la realidad de Cataluña "no durarán mucho tiempo".