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Los cancilleres de la OEA no abordarán la crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela

  • La Organización de Estados Americanos rechaza la propuesta de Bogotá
  • Venezuela pide una reunión entre Nicolas Maduro y Juan Manuel Santos
  • La ONU alerta de que 10.000 colombianos han abandonado Venezuela

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Un grupo de venezolanos cruza el río Táchira, frontera con Colombia. 
Un grupo de venezolanos cruza el río Táchira, frontera con Colombia. 

Los cancilleres de los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) no abordarán la crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela, como había pedido Bogotá al Consejo Permanente. La propuesta se quedó a un voto de alcanzar los 18 apoyos necesarios.

En una sesión extraordinaria a petición de Colombia, se ha rechazado la proposición por 17 votos a favor, 5 en contra, 11 abstenciones y una ausencia (Dominica). En la reunión, de casi cuatro horas de duración, ha quedado patente que el debate en la OEA trasciende a esta crisis en particular: la discusión interna radica en la legitimidad del organismo para abordar los conflictos políticos del continente.

Colombia buscaba una reunión de consulta de todos los ministros de Relaciones Exteriores ante lo que considera una "grave crisis humanitaria" con "deportaciones arbitrarias y maltratos" a sus ciudadanos por parte de Venezuela, que decidió cerrar un importante tramo de la frontera entre ambos países  el pasado 22 de agosto con el argumento de combatir el contrabando y a supuestos paramilitares.

El Gobierno de Nicolas Maduro, que sí ha aceptado una reunión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para el próximo jueves 3 de septiembre, ha rechazado la propuesta de Bogotá con el argumento de que la OEA tiene una "lamentable y frustrante historia ante situaciones complejas entre los estados miembros".

Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Argentina y Brasil secundaron a Caracas en esta postura y defendieron que Unasur es el foro donde debe abordarse esta crisis porque, a su juicio, se ha demostrado más eficaz que la OEA ante los conflictos en la región.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, asumió el cargo el 26 de mayo precisamente con la promesa de dar relevancia al organismo frente a alianzas regionales en ascenso como Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Almagro estuvo presente pero no hizo ninguna intervención en la sesión ni declaración posterior a los medios.

Venezuela pide una reunión entre Santos y Maduro

El embajador venezolano ante la OEA defendió que la crisis se resuelva de manera bilateral, a través de una reunión de los presidentes de ambas naciones, una oferta que ya hizo el mandatario venezolano, Nicolás Maduro.

Panamá, al principio a favor de la reunión en la OEA, decidió finalmente abstenerse porque quiere defender su propuesta de alzarse como mediador en la crisis de Venezuela y Colombia. Apoyaron la propuesta de Bogotá diecisiete países: Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Uruguay, Bahamas, Barbados, Canadá, Chile, y la misión de Colombia.

Otros once países se abstuvieron, favoreciendo así a Venezuela: Granada, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda, Belice, Brasil y Argentina.

La ministra de Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, ha explicado que el rechazo "no es una derrota para su país" y quien pierde es el sistema interamericano: "Desafortunadamente el que perdió fue el continente, perdió la OEA en un debate tan importante de los derechos humanos, los derechos humanos de los migrantes", ha asegurado.

La ONU asegura que 10.000 colombianos han abandonado Venezuela

Colombia buscaba con su propuesta exponer ante los ministros de Exteriores la crisis humanitaria desatada por la deportación de más de un millar de sus ciudadanos que vivían en el estado venezolano de Táchira, además de los 7.162 que habrían abandonado el país voluntariamente, según cifras ofrecidas por Bogotá.

Sin embargo, la ONU ha indicado este lunes que al menos 10.000 personas han retornado y otras 1.100 han sido deportadas a Colombia. Así lo ha establecido la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios. Según sus cálculos, hasta 1.500 personas están cruzando la frontera a diario, "muchas de ellas en difíciles condiciones a través del río".

La ONU también señaló que pese a los esfuerzos nacionales se necesitan más albergues, agua y saneamiento y salud, y alertó de que "hay vacíos en protección".