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Maliki promete clemencia para los islamistas que depongan las armas en Faluya y Ramadi

  • Los combates continúan en los alrededores de Ramadi
  • El primer ministro iraquí ha agradecido la ayuda de Estados Unidos
  • Malaki ha prometido erradicar a Al Qaeda en Irak

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Maliki promete clemencia para los islamistas que depongan las armas en Faluya y Ramadi
Un convoy militar en su camino hacia Anbar para reforzar las tropas iraquíes en la provincia al oeste de Bagdad.

El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki ha prometido erradicar a Al Qaeda en Al QaedaIrak y ha predicho una victoria mientras su ejército se preparaba para lanzar un asalto contra los militantes islámicos sunitas que se han apoderado de algunas regiones de la ciudad de Faluya. En un discurso televisado este miércoles, Maliki también ha dado las gracias a la comunidad internacional por su apoyo en la lucha contra Al Qaeda y ha insistido a los miembros y simpatizantes del grupo a rendirse prometiendo clemencia.

No queremos que la ciudad sufra

"No queremos que la ciudad sufra y no usaremos la fuerza siempre y cuando las tribus anuncien su disposición a combatir Al Qaeda y expulsarla", ha dicho Maliki.

Por contra, en un comunicado sonoro publicado el pasado martes, el portavoz del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), Abu Mohammad al-Adnani, animaba a los iraquíes suniies a no deponer las armas ni negociar con el Gobierno chií.

Mientras de esta organización, vinculada a Al Qaeda y que también está activa en la frontera con Siria, invadieron Faluya y otras ciudades en la provincia occidental de Anbar la semana pasada.   No está claro cuál es el numero de combatientes del EIIL en Faluya o cuánto apoyo reciben de las tribus decepcionadas con el Gobierno en ese área, algo que hace difícil predecir cuál será el curso de los acontecimientos en caso de un ataque de tropas del Ejército.

Entre el miedo y el odio

Durante la insurgencia suní que estalló en Anbar tras la invasión estadounidense de Irak en 2003,las tribus locales se levantaron eventualmente conta Al Qaeda, pero los militantes islamistas han vuelto a ganar terreno desde el año pasado en la región, con el objetivo de crear un Estado religioso suní a caballo entre la frontera con Siria y las provincias orientales del desierto.

El resurgir de EIIL ha dividido a los suníes en Anbar. Muchos de ellos comparten el odio hacia el Gobierno de mayoría chií, mientras que otros deploran sus métodos violentos. Por otra parte, la simpatía por el grupo se divide entre los que verdaderamente apoyan la causa y los que no se oponen a ella por miedo a las represalias.

Las fuerzas de seguridad, apoyadas por combatientes de las tribus locales, retomaron el control de la capital de la provincia, Ramadi, el lunes pasado, pero la lucha continúa a las afueras de la misma según han informado fuentes militares.

"Las tribus de los alrededores de Ramadi siguen sin permitir a nuestros efectivos entrar en sus áreas, todavía no se fían de las fuerzas de seguridad iraquíes", ha dicho un oficial. "Esto nos plantea el dilema de cómo desvincularlos de Al Qaeda, por eso todavía no hemos acometido una misión sobre Ramadi", ha explicado.

Maliki ha descrito las peticiones de los grupos para recuperar territorio perdido ante las tropas estadounidenses como un "sueño de Satán" y ha dicho que la intención de los militantes es retrasar el calendario de las elecciones previstas para abril.

"Lo que busca (Al Qaeda) es crispar el proceso político e impedir la reconstrucción no solo de Irak sino de toda la región", ha dicho Maliki.

Crisis humanitaria

Por su parte, Naciones Unidas ha descrito la situación humanitaria de la ciudad de Anbar como crítica. "Nos preocupa especialmente la situación el Faluya", ha dicho el enviado de la organización a Irak, Nikolay Mladenov, ya que "se están agotando las reservas de comida, agua y medicamentos".   

Sin embargo, los líderes tribales que pidieron a los residentes de Faluya que abandonasen la ciudad han hecho un llamamiento para que regresen al trabajo tras la formación de una nueva administración local y el nombramiento de un nuevo alcalde y un jefe de policía.

"He decidido regresar a Faluya porque creo que puede haber una solución pacífica, ha explicado a Reuters el profesor Munim Abdul-Salam que ha vuelto a la ciudad con sus cuatro hijos.

"He pasado tres días con mi familia en un campamento y es verdaderamente humillante. Preferiría que me matasen con mi familia dentro de Faluya antes de vivir como refugiado", ha añadido. 

Agradecimiento al apoyo de Estados Unidos

El primer ministro iraquí ha hablado por segunda vez esta semana con el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, según ha informado la Casa Blanca en un comunicado. Biden ha instado a Maliki para seguir trabajando con los líderes locales y ha acogido con satisfacción la decisión de compensar a los milicianos tribales que en mayo fueron heridos o murieron en combate contra el EIIL.

Además, Estados Unidos, anunció a principios de esta semana que haría uso de la vía rápida para la entrega de equipo militar, incluyendo aviones no tripulados y misiles, a Irak, pero ha descartado el envío de tropas dos años después de que Washington diera por terminada casi una década de ocupación.

Por otro lado, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, pidió al ministro iraquí de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari, que el Gobierno realizase más esfuerzos políticos y económicos para aislar a los grupos extremistas en una llamada telefónica que los dos políticos realizaron el martes pasado.   En respuesta a esta petición, el Ejército desplegó más tanques y artillería alrededor de Faluya mientras los líderes locales trataron de persuadir a los militantes para que abandonasen la ciudad a fin de evitar una ofensiva inminente con el apoyo de Estados Unidos.

"El apoyo nos da la confianza de que estamos en el camino correcto y que el resultado será claro y decisivo: el desarraigo de esta organización corrupta", ha dicho Maliki. "Vamos a continuar esta lucha porque creemos que Al Qaeda y sus aliados representan el mal", ha sentenciado.