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Los socialdemócratas alemanes aprueban negociar con Merkel una gran coalición

  • De prosperar, podrían llevar a la apertura de negociaciones formales
  • 470.000 afiliados del SPD deberían votar el contrato final de coalición
  • Más de la mitad de los votantes del SPD sí quieren pactar con Merkel

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Imagen de la sede del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), en Berlín
Imagen de la sede del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), en Berlín.

El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) ha aprobado abrir una ronda de conversaciones exploratorias con la Unión de la canciller Angela Merkel para entrar como socio minoritario en una posible "gran coalición".

Así lo han avanzado varios medios alemanes remitiendo a personas presentes en la convención extraordinaria de 200 delegados del SPD que se encuentran reunidos en Berlín para decidir el futuro del partido tras los resultados electorales del pasado domingo. "No rechazamos conversaciones", afirma el documento final acordado por la convención socialdemócrata para justificar la decisión.

Los delegados del SPD han seguido así la propuesta de la dirección, que ha abogado por abrir estas conversaciones exploratorias previas con los conservadores y que, de prosperar de forma satisfactoria, podrían llevar a la apertura de negociaciones formales.

La convención debería también aprobar el comienzo de la negociación formal y los 470.000 afiliados del SPD deberían votar el contrato final de coalición. Este último extremo parece improbable según una encuesta de Forsa difundida este viernes y en la que se apunta que el 65% de los militantes socialdemócratas está en contra de una "gran coalición", pese a que ésta es la opción favorita de los alemanes.

La defensa de la dirección de la apertura de conversaciones con la Unión parece estar ligada a la dimisión, anunciada horas antes, de Peer Steinbrück, el candidato socialdemócrata que fue derrotado por Merkel en los comicios del pasado domingo. Steinbrück se opuso tajantemente durante la campaña a la posibilidad de formar una "gran coalición" como la que formaron conservadores y socialdemócratas en la primera legislatura de Merkel (2005-2009) y en la que él fue ministro de Finanzas.

El 48% de los alemanes quiere una gran coalición

Según otra encuesta realizada por Infratest dimap para la primera cadena de la televisión pública alemana ARD, la gran coalición entre los dos principales partidos del país es la opción preferida  de los votantes (48%) y  es vista con buenos ojos tanto entre los votantes de la CDU (62%) como  entre los del SPD (56%).

El 18 % de los encuestados prefiere una alianza de los  cristianodemócratas y Los Verdes y el 16 % apuesta por un pacto de todo  el grupo opositor: SPD, Verdes y La Izquierda, partido con el que ya han  avanzado los dos primeros que no se aliarán.

Esa misma encuesta indica que para la mayor parte de los alemanes las prioridades de esa gran coalición deben ser: reducir la deuda pública, un acuerdo sobre familia y políticas sociales, los precios de la energía, acordar un salario mínimo y solo en quinto lugar subir los impuestos a las rentas más altas. Precisamente, la política fiscal amenaza con ser el gran escollo de las negociaciones entre ambos partidos.

La CDU, junto a su ala bávara, la CSU, se hizo el domingo con el 41,5% de los votos y quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta, pero, en su primera rueda de prensa tras los comicios, Merkel apostó por buscar un socio para formar un "un gobierno estable".

Los Verdes se ofrecen a la canciller

Para ello tiene dos opciones: el SPD y Los Verdes, que se encuentran inmersos en la renovación de su cúpula tras la pérdida de respaldo electoral. Precisamente, el copresidente del partido ecologista, Cem Özdemir, ha declarado este viernes que están dispuestos a negociar con la Unión de la canciller un posible acuerdo para formar un gobierno de coalición siempre que el desarrollo sostenible se convierta en puntal del nuevo Ejecutivo.

El SPD, que ha dejado claro que no va a precipitarseno ha dado pistas oficialmente sobre sus intenciones, aunque en el partido hay tanto voces a favor de sentarse a negociar con los cristianodemócratas, como contrarias a participar en una nueva gran coalición.

Ya lo hicieron en la primera legislatura de Ángela Merkel y el partido recibió el castigo de las urnas en las siguientes elecciones legislativas: entró en la coalición con casi el mismo respaldo que la CDU/CSU -el 34,2% de los votos en 2005- y salió con el peor resultado de su historia -23% de los sufragios en 2009-.

Alemania, en cuya historia reciente ningún canciller ha gobernado en minoría, afronta ahora semanas sino meses de negociaciones antes de la formación del nuevo ejecutivo.