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El sello de Merkel en una Europa más alemana

  • Angela Merkel ha marcado el paso de la política europea en los últimos años 
  • La crisis de la eurozona amenazó con la ruptura de moneda única
  • El pacto fiscal europeo fue el triunfo de la máxima alemana de austeridad

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La canciller alemana Angela Merkel en Bruselas en una imagen de archivo de 2011
La canciller alemana Angela Merkel en Bruselas en una imagen de archivo de 2011.

“Quiero una Alemania unida y europea. Nunca más una Europa alemana”. Esta frase de Helmut Kohl, compartida por Billy Brandt y Helmut Schmidt, también la ha pronunciado Angela Merkella líder alemana que más filias y fobias ha despertado entre sus vecinos europeos.

“En los últimos cuatro años Alemania ha emergido como la gran potencia europea por la crisis del euro. Era la potencia económica, pero políticamente se resistía a asumir su liderazgo. Al final la realidad le obligó a ceder y ese liderazgo se ha traducido en imponer sus reglas en toda Europa”, señala a RTVE.es el investigador principal sobre Europa del Real Instituto Elcano, Ignacio Molina.

Nunca antes la Unión Europea había tenido una impronta más germana, y nunca antes se había visto más cerca la posible ruptura del euro. Berlín y Frankfurt han sido las capitales donde se ha marcado el rumbo de las políticas económicas de los Veintisiete, dejando a Bruselas como mero escenario de batallas en las que siempre se sabía de antemano quién iba a ser el vencedor.

Hábil negociadora

Diciembre de 2005. En su primer Consejo Europeo Angela Merkel debutó con una hábil mediación entre el presidente francés, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair, para desatascar el acuerdo de las Perspectivas Financieras 2007-2013.

Europa venía del fracaso del Tratado Constitucional, malogrado por los noes de los referendos francés y holandés y el sorprendente estreno de la canciller alemana ilusionó a quienes pensaron que Europa había encontrado, al fin, a un estadista de talla para impulsar el proyecto europeo.

Con el viento a favor en casa por el buenhacer de la “gran coalición”, Merkel aprovechó la presidencia de turno alemana del Consejo en el primer semestre de 2007 para dejar claras sus intenciones. Y, entre otras cosas, aprobó un beneficioso Tratado de Reforma que mantenía, pese a la ampliación, las cuotas de poder alemanas. En 2008 arreció la tormenta bancaria y en 2009 la tempestad en Grecia. Después no vino precisamente la calma.

2009-2010: Europa, capital Atenas

La reelección de Merkel coincidió en el tiempo con la caída en desgracia de las finanzas griegas. A finales de 2009, cuando la canciller ganó los comicios, empezaron a dispararse las primeras alarmas en Atenas. Las agencias de calificación pusieron a Grecia bajo vigilancia con perspectiva negativa, la Bolsa se desplomó y la prima de riesgo comenzó un ascenso imparable.

Las dificultades de Grecia para hacer frente a sus vencimientos de deuda eran demasiado obvias en marzo, cuando Merkel pronunció aquello de “ni un céntimo a los griegos”.  Por convicciones propias y presiones de su nuevo socio de gobierno, los liberales, la canciller alemana se opuso a un rescate anunciado que llegó dos meses más tarde con un doloroso ajuste para los ciudadanos griegos, que declararon a Merkel persona non grata.

La canciller accedió entonces a crear dos recursos, la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, que fueron insuficientes para responder a las necesidades de los países del euro asfixiados por la deudas. Afinales de año el foco de las calles incendiadas por las manifestaciones y las huelgas continuadas se desplazó de Atenas a Irlanda, el segundo país en pedir ayuda financiera a la Unión Europea.

2011-2012- El pacto fiscal y el fin del 'Merkozy'

A medida que los países más débiles de la zona euro se iban desmoronando como piezas de un dominó (en abril llegó el rescate de Portugal), Merkel encontró más argumentos para defender sus políticas de recortes frente al "despilfarro" del sur.

"Entonces se culpó a Merkel de todos los males y esto es injusto. Alemania y los países del norte defendieron un euro fuerte. Otra política habría puesto en peligro la supervivencia del euro. España se comportó durante más de una década como un nuevo rico. Tiró el dinero por la ventana y tuvo que pagar las consecuencias", advierte, muy crítico, el catedrático de Sociología de la Universidad Libre de Berlín, Ignacio Sotelo.

'Frau no', como se la empezó a conocer por sus baterías de negaciones, contó con Nicolas Sarkozy como aliado. Pese a la falta de sintonía personal entre la discreta líder germana y el excéntrico presidente francés, el 'Merkozy 'fue un matrimonio de conveniencia que cumplió sus objetivos.

Que la Unión Europea había dejado de ser una organización donde todos tenían la misma voz se plasmó con nitidez en la cumbre del Consejo Europeo de diciembre, en el que Alemania logró imponer su idea de ortodoxia presupuestaria en las Constituciones de todos los países de la Unión Europea (a excepción de Reino Unido y la República Checa.

“Con la firma del pacto fiscal nunca se vio tan claro el poderío de Alemania. Fue el triunfo de la máxima germana de que el Derecho está por encima de la Política”, señala a RTVE.es Ignacio Molina.

2012- 2013 Del abismo a la estabilidad: la batalla del Sur

La regla de oro –la fijación de un tope de déficit estructural del 0,5%– entró en vigor en marzo de 2012, pero no frenó el acoso de los mercados y las voces disonantes con las políticas de Merkel se vieron espoleadas por la victoria electoral de François Hollande.

El triunfo del socialista francés y la caída del gobierno holandés -uno de los halcones triple A- no ponían fácil a Merkel el Consejo Europeo de junio, la “cumbre del crecimiento” en la que acabó por cruzar algunas de sus líneas rojas y hacer algunas concesiones. El efecto de aquel órdago de Mariano Rajoy y Mario Monti de no firmar el pacto de crecimiento si no se aprobaban mecanismos para aliviar la presión de los mercados y rebajar sus costes de financiación se vio mitigado por las reticencias y las dilaciones del diktat alemán.

Con la entrada en vigor en julio de 2012 del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, el fondo de rescate, y la determinación de Mario Draghi de que el BCE haría "todo lo necesario" para mantener el euro y contener posibles contagios que amenazaran a la moneda única, la eurozona empezó a respirar.

En los últimos meses, la Unión Europea ha avanzado hacia una verdadera unión económica y monetaria que corrija el pecado original del euro. Sin una coordinación más estrecha de las políticas fiscales y sin una supervisión bancaria común, la existencia de la unión monetaria estaría amenazada, advierten los expertos.

"La Unión Europea está dividida entre los intereses de los países del norte y los del sur. Mientras no se avance en la superación de esas diferencias, está condenada al fracaso", advierte a RTVE.es Ignacio Sotelo.

¿Y ahora qué?

“En 2014 Europa tiene por delante importantes retos. El más importante de todos es salir de la crisis europea y cómo hacerlo”, señala también Ignacio Alonso. Completar la unión bancaria con un fondo de  garantía de depósitos y un regulador único, e impulsar una verdadera  unión política para que Bruselas hable con una sola voz. "A Alemania no le importa ceder sobernía si es en favor de sus tesis. Francia será el que, pese a su europeísmo muestre más reticencias", avanza.

Completar la unión bancaria con un fondo de garantía de depósitos y un  regulador único, e impulsar una verdadera unión política para que  Bruselas hable con una sola voz son los deberes más inmediatos.

Las elecciones europeas de 2014 serán otro termómetro para comprobar si la ola de descontento ciudadano  se traslada a la Eurocámara, donde los sondeos prevén un voto de  castigo a las dos grandes familias políticas y un ascenso de los  partidos antieuro.

Todos los líderes europeos han pagado la crisis en las urnas menos Merkel.  Salió reelegida en 2009 cuando todavía Europa no había entrado en la  Gran Recesión. Según las encuestas, los alemanes quieren que siga siendo  su canciller. Si renueva un tercer mandato, podría destronar a Margaret  Thatcher como la mujer que más tiempo ha gobernado en el Viejo Continente. Willkommen nueva  “Dama de Hierro”.