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El papa llama a luchar contra la corrupción desde las favelas de Río de Janeiro

  • Pide a los poderes públicos que luchen por un mundo más justo
  • Ha caminado por la favela Manguinhos rodeado de cientos de personas

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El papa llama a luchar contra la corrupción desde las favelas de Río de Janeiro

"Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades".  En el corazón de la marginación social, en una favela de Río de Janeiro, el papa Francisco ha pedido a los poderes públicos que trabajen por un mundo más justo, y a los jóvenes que no resignen y luchen contra la corrupción y la injusticia.

En una mañana lluviosa y fría y en medio de fuertes medidas de seguridad, con policía con armas de precisión y helicópteros,  el papa ha visitado el complejo de favelas de Manguinhos, en el norte de Río de Janeiro, que hasta finales del pasado año estaba controlado por narcotraficantes y ahora es una zona recuperada para la ciudad.

"Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario", ha dicho el pontífice, que ha exhortado a todos, "según sus posibilidades y responsabilidades", a contribuir para poner fin a las injusticias sociales.

"No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad; no ver en el otro un competidor o un número, sino un hermano", ha subrayado.

"El hombre puede cambiar la realidad"

Y muy especialmente ha dedicado unas palabras a los jóvenes, el verdadero público de su viaje, de los que ha resaltado que tienen una "especial sensibilidad ante la  injusticia" y que a menudo se sienten defraudados por los casos de  corrupción. "A ustedes y a todos les repito: Nunca se desanimen, no pierdan la  confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede  cambiar, el hombre puede cambiar. Sean los primeros en tratar de hacer  el bien, de no habituarse al mal, sino a vencerlo", ha afirmado.

Brasil vivió hace un mes las peores revueltas sociales en 20 años a causa precisamente de la corrupción político, el despilfarro económico de los Juegos Olímpicos y otros eventos deportivos, y la subida del precio del transporte. La presidenta Dilma Rousseff propuso un referéndum constitucional para calmar los ánimos.

El papa Bergoglio ha destacado los esfuerzos que la sociedad brasileña hace para integrar a los que más sufren o están necesitadas, pero ha precisado que "ningún esfuerzo de pacificación será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma".

El papa ha defendido la vida que, ha dicho, es "un don de Dios, un valor que siempre se ha de tutelar y promover"; la familia, "fundamento de la convivencia y remedio contra la desintegración social" y la educación integral, "que no se reduce a una simple transmisión de información con el objetivo de producir ganancias".

Favelas engalanadas

En la favela visitada viven unas dos mil personas, en su mayoría en casas construidas con materiales de derribo y cartón, que en los días previos a la visita han limpiado y adornado las calles.

El papa, que ha llegado un pequeño vehículo Fiat, que después cambió por el papamóvil, ha caminado por las calles de la favela bajo la lluvia y seguido por cientos de personas, ha entrado en una casa para saludar a sus habitantes y después se ha reunido con la comunidad en un campo de fútbol. También ha visitado la pequeña iglesia levantada en la favela, donde ha bendecido el altar mayor y ha regalado un cáliz.

Francisco no es el primer papa que visita una favela, también lo hizo Juan Pablo II durante uno de sus viajes a Río.