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Miles de personas asaltan la sede central de los Hermanos Musulmanes en El Cairo

  • Un grupo ha incendiado la sede del Partido Libertad y Justicia
  • El presidente egipcio lamenta la muerte de los manifestantes
  • Seis muertos y centenares de heridos en las últimas horas

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Los manifestantes de la oposición egipcia llegan este jueves hasta el palacio presidencial

Unas 3.500 personas han irrumpido en la sede principal de los Hermanos Musulmanes, situada en la meseta de la Muqatam, en el este de El Cairo, destruyendo ventanales y mobiliario a pesar de que las fuerzas de seguridad custodiaban fuertemente el edificio. El secretario general del grupo islamista, Mahmud Hussein, ha calificado este ataque de "agresión terrorista" y ha acusado directamente al ministro del interior, Ahmed Gamal.

Asimismo, grupos de exaltados han incendiado la oficina del Partido Libertad y Justicia (PLJ, brazo político de los Hermanos Musulmanes) en el barrio de Zahara al Maadi, en el sur de la capital, y han asaltado la sede del PLJen el barrio cairota de Kit Kat, de la que sustrajeron sus bienes.

Estos ataques se producen poco después de que el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, ofreciera a la oposición un diálogo nacional, que tendrá lugar el próximo sábado.

Nada más concluir su alocución, manifestantes contrarios al presidente intentaban romper los cordones de seguridad y las alambradas que el Ejército ha instalado en torno al complejo presidencial. Tras la violencia ejercida este miércoles, el jefe de la  Guardia Republicana -una división altamente armada del Ejército egipcio encargada de proteger las instalaciones estratégicas del país- ha asegurado que este dispositivo “no es un instrumento de fuerza contra el pueblo egipcio".

La oposición marcha de nuevo hasta el palacio

El palacio presidencial ha sido escenario de tres marchas convocadas por la oposición en protesta contra "los ataques de milicias de los Hermanos Musulmanes contra manifestantes pacíficos, las agresiones a sus tiendas de campaña y el robo de lo que había dentro". Según informa el enviado especial de TVE, Óscar Mijallo, no se han registrado incidentes de consideración.

Justo al contrario de lo que sucedió durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves, cuando murieron seis personas, entre ellas un periodista, y centenares de personas resultaron heridas a causa de los enfrentamientos entre partidarios y detractores del presidente Morsi.

Partidarios del presidente Mursi y opositores se han enfrentado lanzándose piedras, botellas e incluso cócteles molotov. Los alrededores del palacio presidencial se ha convertido en escenario de una batalla campal que deja decenas de heridos. Según algunas fuentes, podría haber varios muertos. La causa de tanta violencia, el decreto del presidente para blindarse con poderes extraordinarios y el proyecto de Constitución aprobado por la mayoría islamista.

Tras estos incidentes, se convocó una manifestación opositora frente a la vivienda de la familia del presidente egipcio ubicada en la provincia de Al Sharquiya, en el delta del Nilo, que se ha saldado con varias personas detenidas por parte de las fuerzas de seguridad. Tras las detenciones, los manifestantes lanzaron piedras a los agentes, que a su vez respondieron con gases lacrimógenos

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha telefoneado a su homólogo en Egipto para expresarle "su profunda preocupación" por los muertos y heridos que han dejado las últimas manifestaciones en Egipto.

La tensión entre las distintas fuerzas egipcias ha aumentado desde que Morsi blindara sus poderes ante la Justicia hace dos semanas y convocara recientemente un referéndum sobre la nueva Constitución para el próximo 15 de diciembre, una Carta Magna que, entre otras disposiciones, mantiene la prevalencia de la sharia o ley islámica.

La ONU pide protección para los manifestantes

La Alta  Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha recordado al Gobierno egipcio que es su obligación velar por que todos los ciudadanos puedan ejercer su derecho a la manifestación y a la protesta de forma pacífica y a ser protegidos de las agresiones.

"Las personas tienen el derecho a manifestarse pacíficamente y tienen el derecho a no ser asesinadas o heridas mientras ejercen ese derecho", ha señalado Pillay que también ha subrayado que el Ejecutivo de Mohamed Morsi tiene "la obligación" no sólo de proteger a los manifestantes, sino también de "prohibir los discursos de odio que incitan a la violencia".

"El uso de ese tipo de lenguaje, especialmente por miembros del Gobierno, políticos, asesores políticos y aquellos que los apoyan, no sólo debería prohibirse, sino también ser perseguido", ha agregado.

Asimismo, ha recordado que "el actual Gobierno llegó al poder gracias a similares protestas, por lo que debería ser especialmente sensible a la necesidad de defender los derechos de los manifestantes a la libertad de expresión y de asamblea".