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Los laboristas arrasan en las municipales de Reino Unido aunque Cameron mantiene Londres

  • Los laboristas ganan más de 800 concejales y 68 de 181 ayuntamientos
  • Los británicos castigan duramente a conservadores y liberales, en el Gobierno
  • El conservador Boris Johnson consigue seguir al frente de Londres

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Los laboristas ganan terreno en el Reino Unido

La holgada victoria del Partido Laborista en las elecciones municipales británicas ha supuesto una dura derrota para el Gobierno de coalición encabezado por los conservadores de David Cameron, que solo salvó la cara con su victoria en Londres.

Como es tradición en la política británica, el Gobierno fue castigado sin compasión por los votantes en los comicios municipales celebrados este jueves en Inglaterra, Escocia y Gales, en los que los laboristas superaron la cifra mágica de 800 nuevos concejales.

Se preveían malos resultados para la coalición formada por conservadores y sus socios liberaldemócratas, pero las votaciones se interpretaron como un varapalo peor y más peligroso de lo previsto. Solo la reelección del histriónico alcalde conservador de Londres, Boris Johnson, ganador por estrecho margen frente al laborista Ken Livingstone, ofreció a los "tories" un respiro en lo que supuso una derrota en toda regla.

Los laboristas de Ed Miliband consiguieron sumar más de 2.000 de las 5.000 concejalías sometidas a voto y ganaron el control de 32 nuevos municipios, hasta lograr un total de 75.  Los "tories" perdieron 12 ayuntamientos y 405 concejales, sumando 1.005, mientras que los liberales se quedaron sin uno de sus siete ayuntamientos y vieron esfumarse 336 concejalías, por lo que ahora solo controlan 431.

Estos resultados de los liberaldemocratas del viceprimer ministro británico, Nick Clegg, son muy similares a los obtenidos en las municipales del año pasado, que fueron los peores de su historia. Algo que contrasta con la victoria de los laboristas, especialmente significativa en localidades del sur del país como Southampton y Plymouth, territorio habitualmente dominado por los conservadores.

Los resultados de Gales, donde el partido de centroizquierda recuperó muchas de las concejalías perdidas durante el Gobierno de Gordon Brown, y la victoria en Birmingham, segunda ciudad del país en número de habitantes, dejó también muy buen sabor de boca en las filas laboristas.

Lo mismo ocurrió con Escocia, el que fuera hasta hace poco su feudo histórico, donde, a pesar de los buenos resultados de los nacionalistas de Alex Salmond, los laboristas consiguieron subir y sobre todo mantener la joya de la Corona, la ciudad tradicionalmente obrera de Glasgow.

Según las estimaciones de la cadena pública BBC, los resultados de estos comicios locales extrapolados a unas elecciones generales supondrían un 38% de los votos para el partido de Ed Miliband, frente al 31% de los "tories" y el 16% de los liberaldemócratas.

Generales de 2015

Mientras los laboristas ven hoy mucho más cerca la posibilidad de ganar las próximas elecciones generales, que se tendrán que celebrar antes de 2015, los conservadores y liberademócratas se enfrentan, según todos los analistas, a momentos duros que ponen en juego la permanencia de su complicada coalición de Gobierno.

Muchas voces dentro de las filas conservadoras han culpado ya de los malos resultados al giro al centro del primer ministro británico, con políticas como el matrimonio gay, por lo que han pedido que se recuperen los valores tradicionales del partido. Por su parte, los liberaldemócratas de Nick Clegg han vuelto a ser castigados perdiendo la mitad de sus votantes, una tónica que se repite desde que llegaron al Gobierno de coalición con los conservadores.

Al aceptar su derrota, David Cameron la achacó a la crisis y dijo que las medidas de austeridad que está tomando el Ejecutivo son "difíciles", pero "correctas" por "el bien del país". Pero, además, este viernes el primer ministro conservador se enfrentó a otra derrota, ya que su apuesta personal de extender a otras ciudades la figura de alcalde electo, modelo que se utiliza en Londres, fracasó estrepitosamente.

Participación históricamente baja

De las nueve ciudades que sometieron la fórmula a referéndum, ocho la rechazaron y solo Bristol (oeste de Inglaterra) dio el visto bueno. 

En unas elecciones caracterizadas por una participación históricamente baja, del 32 % (la menor desde 2000), el ultraderechista British National Party (BNP) perdió las seis concejalías que ostentaba hasta ahora.

Muchos de sus votos fueron a parar al partido marcadamente euroescéptico y conservador Uk Independence Party (Ukip), que alcanzo el 14% de los votos en las localidades en las que se presentaba.