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Arenas se deja en cuatro meses la mayoría absoluta que le puso Rajoy en bandeja

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A finales de julio de 2011 el entonces candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, viajó a Sevilla para hablar con el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, de la necesidad de que las elecciones generales y las autonómicas andaluzas coincidiesen en la misma fecha.

La respuesta del presidente andaluz fue una negativa de la que ahora se estará acordando como la decisión más afortunada que ha tomado en su vida política.

Lo ocurrido después ya es historia: Rubalcaba cosechó los peores resultados de la historia del PSOE y el PP logró ganar por primera vez en Andalucía en unos comicios generales con una ventaja superior de nueve puntos y casi dos millones de votos.

Cuatro meses y muchas encuestas después, Javier Arenas, que estuvo con Mariano Rajoy en sus peores momentos y es uno de los hombres más poderosos del PP, tenía al alcance de la mano lograr la misma meta, que le presentaba casi como una progresión geométrica.  Lo ha intentado por cuarta vez pero no ha obtenido la mayoría absoluta.

Si en mayo de 2011 logró el poder municipal absoluto con siete puntos de ventaja sobre el PSOE y en noviembre del mismo año consiguió imponerse en todas las provincias excepto Sevilla, ¿qué le separaba de conseguir una mayoría absoluta que le daría a su partido un poder casi absoluto en España y cumpliría su sueño tantas veces perseguido de acabar con 30 años de hegemonía socialista?

Bajada en cuatro meses

La amarga respuesta al fracaso que le ha llegado este 25 de marzo tiene un nombre, abstención, y una cifra, 414.884. O lo que es lo mismo,  la cantidad de votos conseguidos por Mariano Rajoy que se han quedado en casa en estos comicios autonómicos, en una curiosa vuelta de tuerca de la historia electoral andaluza: por primera vez, una baja participación en la comunidad feudo del PSOE no beneficia a los 'populares', sino a los propios socialistas.

En cuatro meses, el PP ha perdido cinco puntos (un 45,57% frente a un 40,66%) mientras que el PSOE gana tres ( 39,53% frente a 36,57%), un recorte que imposibilita la mayoría absoluta de Javier Arenas.

Sin embargo, los socialistas no han crecido porque hayan logrado más votos -de hecho ha perdido más de 60.000 sufragios- sino porque mantiene un suelo estable de 1,5 millones de seguidores mientras el número de votantes ha caído de forma dramáticaun 8,4%, equivalente a 517.696 sufragios.

Así, ocho de cada diez votantes que se quedaron en casa para las autonómicas sí que fueron a votar a Mariano Rajoy el pasado mes de noviembre.

Esta historia es muy diferente a la que los sondeos de todos los periódicos, de forma unánime, dibuajaban para Andalucía. Hace una semana El País vaticinaba que el PP tendría 59 escaños; ABC 58, La Razón entre 55 y 57, El Mundo entre 54 y 57...¿Qué es lo que ha hecho a que las encuestas se equivoquen tanto?

La clave se puede encontrar en uno de los sondeos que más se ha acercado, el del CIS, que apuntaba a que Javier Arenas se quedaría al borde de la mayoría absoluta.. .con un 72% de encuestados que decía que iba a acudir a las urnas con toda seguridad.

Finalmente los que lo han hecho han sido un 10% menos y su distribución geográfica es significativa. La provincia que registra un mayor diferencial de participación en cuatro meses es Almería, el mayor feudo del PP, que ha pasado de un 71,32% al 60,51%. Le sigue Cádiz, donde el voto al PSOE ya se había desplomado.

La que menos es Jaén, provincia del PSOE, donde se pasa de un 77,11% a un 70,74%. Otras, como Huelva o Córdoba se mantienen en caídas por debajo de la media.

El PSOE se recupera en las ciudades medianas

Más aún, si algo caracterizó la victoria del PP en noviembre fue su dominio sobre un ámbito en el que hasta ese momento los socialistas habían cimentado su poder: las ciudades medianas, de entre 20.000 y 50.000 habitantes.

En apenas cuatro años, el PSOE pasó de vencer en 40 de los 52 municipios de este tamaño a hacerlo apenas en catorce mientras que el resto pasaba a manos del PP, que ya tenía una posición fortalecida en las ciudades grandes y en las capitales de provincia.

En algunos casos, como en municipios emblemáticos de Cádiz y Sevilla, el descenso del PSOE en una legislatura se situaba entre los veinte y treinta puntos. De haberse repetido esta dinámica, Griñán habría tenido muy difícil mantenerse en la Junta.

Sin embargo, los socialistas han remontado ligeramente y se han hecho con 24 de estos municipios, lo que unido a una reducción de distancias en otros en los que se había desplomado ha hecho que mantenga el tipo en circunscripciones donde estos ayuntamientos son claves como Huelva, Córdoba, Granada y Jaén.

Y, por último, como ha señalado Griñán, al PSOE siempre le quedará Sevilla, aunque el partido este en manos de una gestora: nueve escaños, 80.000 votos de ventaja y un margen que, por poco, puede haber dejado en agua de borrajas la progresión añorada por un Arenas que se queda en la orilla de un desembarco histórico del centro-derecha en Andalucía.