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La quita de la deuda griega activa los seguros de impago

  • Este producto derivado, CDS por sus siglas en inglés, ha sido muy polémico
  • Se negocia en mercados opacos y permitía 'apostar' a la quiebra de un país

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¿Qué son los CDS?

Los CDS son instrumentos financieros pensados para cubrir el riesgo de impago de un título de deuda soberana: el inversor que posee el título suscribe un contrato con una entidad a la que le hace pagos periódicos a cambio de cobrar una cantidad si hay un impago de ese título.

Sin embargo, no son seguros, sino permutas financieras (swap), por lo que no están reguladas bajo la normativa de seguros; de hecho, apenas tienen regulación. Esto, además, abre la puerta a que se vendan CDS al descubierto para especular: un inversor, aunque no posee el título de deuda, contrata un CDS del país, apostando a que incurrirá en impago y cobrará la permuta.

Así, en muchos casos existen más CDS que títulos de deuda pública. Como además los CDS no se refieren a una deuda concreta, sino al valor nominal de la deuda del emisor, los inversores pueden incluso esperar a que baje para hacerse con títulos más baratos. En definitiva, son un poderoso incentivo para que los inversores intenten rebajar el valor de la deuda, que es inversamente proporcional al interés que pagará el emisor.

La Asociación Internacional de Permutas y Derivados (ISDA) ha determinado que la quita de Grecia supone un impago (credit event, en jerga inglesa de las finanzas), lo que implica activar los seguros de impago de deuda (CDS), que en el caso de este país ascienden a unos 2.420 millones de euros.

En un comunicado emitido este viernes por la noche, el denominado comité de determinaciones de la ISDA, con sede en Londres y encargada de supervisar el controvertido y poco transparente mercado de derivados financieros, ha acordado "por unanimidad" que ha existido esa incidencia (credit event) con respecto a la reestructuración de la deuda griega.

Es decir, que la decisión de Grecia de activar las Cláusulas de Acción Colectiva para obligar a sumarse al proceso de reestructuración de su deuda a aquellos acreedores que no se han comprometido de forma voluntaria, implica un impago de facto.

Algunos inversores había hecho esta solicitud a la ISDA para ejecutar el pago de los seguros contra impago (CDS, por sus siglas en inglés) asociados a la deuda griega. El pago no es inmediato y la cantidad exacta de dinero a abonar se determinará en un proceso de subasta que se espera tenga lugar en las próximas semanas, según el protocolo del organismo, informa Efe.

A comienzos de mes, la ISDA había descartado que el acuerdo de canje fuera un impago, algo que ha corregido ahora cuando finalmente Grecia ha recurrido a las cláusulas que incluyó en la ley que ha dado forma a la quita cerrada este jueves y que evitará la bancarrota del país unido a un nuevo préstamo internacional (rescate) a cambio de más recortes y cesión de soberanía.

Los inversores que tenían el 85,8% de la deuda que está bajo el derecho heleno (152.000 millones de euros) aceptaron adherirse de forma voluntaria, mientras el resto de bonistas de esta categoría (25.000 millones) se verá obligados a aceptar la quita por la decisión del Gobierno griego. Para los bonos bajo otras soberanías, se ha ampliado el plazo de aceptación. Si todos se adherieran, en total aceptarían el 95,7% de los 206.000 millones que fueron ofertados para la quita.

Los CDS, seguros que pueden intercambiarse al margen del producto que cubren, han desempeñado un papel muy polémico en la crisis de deuda de la zona euro pues derivados de los bonos soberanos de un país, permitían invertir con la expectativa de la quiebra de ese Estado.

Resumido de forma gráfica, permitían funcionar como seguros de incendio de la casa de un vecino, algo muy tentador para los especuladores, según los expertos. La UE ha decidido prohibir su intercambio al descubierto asociado a la deuda de los países a partir de noviembre. Para cobrar la indemnización del CDS, en cambio, sí es necesario poseer el seguro y el bono en cuestión.