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España sale de la reforma laboral de 2010 con empleo más inestable y récord absoluto de paro

  • La reforma laboral de 2010 no ha logrado reducir la temporalidad
  • Se incentivó la contratación indefinida con menos indemnización por despido

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La nueva reforma laboral que prepara el Gobierno del Partido Popular será la sexta de la democracia, un rosario de modificaciones de las normativas del mercado de trabajo que no ha impedido que las colas del paro sigan aumentando. 

En concreto, la reforma aprobada en 2010, la primera desde el inicio de la crisis, deja como saldo un récord absoluto en la tasa de paro de España, el 22,85% con 5.273.600 personas desempleadas en el último trimestre de 2011, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística, sin haber logrado reducir la temporalidad, su gran objetivo.

El anterior Gobierno tuvo que aprobar la reforma laboral mediante un Real Decreto-Ley, en junio de 2010, y salió adelante por la abstención de CiU y PNV, sin el consenso de los empresarios y los sindicatos mayoritarios. Como resultado, UGT y CC.OO., convocaron, el 29 de septiembre, una huelga general.

El propósito de la reforma impulsada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero era fomentar la contratación indefinida y dar flexibilidad a los empresarios en el despido objetivo, que podrían utilizar justificado en pérdidas actuales o previstas o “la disminución de ingresos que pongan en peligro la viabilidad de la empresa”.

Menos contratos indefinidos

Así, la reforma laboral de 2010 ampliaba los supuestos para el despido objetivo -indemnizado con 20 días por año trabajado-  en cualquier tipo de contrato y redujo de 45 a 33 días por año trabajado la compensación por despido en los contratos indefinidos. En esta modalidad dirigida al fomento de la contratación indefinida, el Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) se hacía cargo del pago de 8 días.

Sin embargo, la batalla contra la temporalidad aun tiene un largo recorrido por delante. De los 14.433.232 contratos firmados en 2011, 1.110.163 fueron indefinidos, 118.051 menos que en 2010, lo que supone un descenso del 9,6% respecto al año anterior, según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Desde la aplicación de la reforma de 2010, solo en el segundo trimestre de 2011 se registró un descenso de la tasa de paro, desde un 21,29% del trimestre anterior, a un 20,89%. Los contratos indefinidos no fueron precisamente los causantes de ese descenso: los indefinidos se redujeron en un 4,078% (se firmaron 145.801 en total), frente a un aumento del 14,4% en los contratos eventuales y por obra (se firmaron 2.937.099 contratos de este tipo).

En ese período los contratos para el fomento de la contratación indefinida, cuyo impulso constituía la medida estrella del Ejecutivo socialista, se redujeron además en un 33,7%, de 23.664 a 15.687.

Éxodo juvenil

El desempleo juvenil -jóvenes entre 16 y 24 años- sigue además disparado, con una tasa del 48,5% según la misma Encuesta de la Población Activa del tercer trimestre de 2011, casi seis puntos por encima del registrado el año anterior. Una realidad que obliga cada vez más a buscar un empleo fuera de nuestras fronteras.

De hecho, la destrucción de puestos de trabajo se concentra especialmente entre los  jóvenes. Casi seis de cada diez empleos destruidos en 2011 los ocupaban   personas de entre 16 y 29 años. De los 600.600 empleos que  desaparecieron el año pasado, 356.600 se concentraban en este grupo de  edad, lo que supone el 59,37% de toda la ocupación perdida.

De este modo, por primera vez, en 2011, el número de personas que abandonaron España fueron más que los que llegaron. España ha dejado de ser el destino de los ciudadanos sudamericanos, sobre todo de países emergentes como Brasil y Argentina, que ahora empiezan a ver en sus propias fronteras un futuro más esperanzador.