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Las arañas evolucionaron sus telas para ocupar nuevos hábitats

  • Se pensaba que el cambio iba ligado a las presas
  • Pero las diferentes telarañas se tejieron para ocupar nuevos lugares

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Una araña fotografiada en su tela en Nepal
Una araña fotografiada en su tela en Nepal

Un reciente estudio plantea que diversificación de las telarañas se debe a la necesidad de ocupar nuevos hábitats naturales como troncos, tallos u hojas y de explotar los recursos de un modo más eficiente.

El proceso del cambio de las telarañas ha estado vinculado a la expansión de sus presas principales, los insectos, y de las plantas con flor. Ahora un trabajo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society revela que “las modificaciones de las telarañas buscan ocupar nuevos hábitats de un modo más eficiente y a hacer un mejor uso de los recursos tróficos en los ecosistemas”, explica Miquel A. Arnedo, del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona (UB).

El trabajo incluye la muestra taxonómica con más especies y familias que se ha estudiado hasta ahora.

Estos insectos se valen de hilos de seda que les “sirven para anclarse, desplazarse, construir nidos o proteger la puesta", explica el experto.

De acuerdo con el investigador, “las arañas son depredadores generalistas y son pocos los casos en los que se especializan en un tipo de presa concreto”.

“La abundancia de presas y la complejidad estructural del hábitat son factores que han tenido un papel más importante que el de la diversificación de la presa”, explica Arnedo.

El estudio añade que la explosión biológica de las telarañas orbiculares (circulares) no coincide en el tiempo con la diversificación de los insectos.

Trampas que evolucionan

A lo largo de la evolución, las arañas han diseñado distintas estrategias para capturar presas. Las telarañas orbiculares, difíciles de construir pero muy flexibles y resistentes son el resultado de un complejo patrón de comportamiento estereotipado en las arañas.

Las telarañas circulares son muy difíciles de construir pero flexibles y resistentes

En el artículo, los expertos plantean una reconstrucción de la evolución de esas telas, con referencias a ejemplos como los de las familias Linyphiidae y Theridiidae, que tejen telarañas más sencillas y menos difíciles de producir en las que la araña queda bien protegida de los depredadores, o las Mimetidae, que devoran otras arañas sobre sus telas haciéndose pasar por presas.

“La gran diversificación estalló con la seda pegajosa, un material más eficiente y fácil de producir para la araña. Todas las innovaciones evolutivas que han tenido lugar a partir de una tela orbicular ancestral aparecen de manera independiente, tienen un coste energético menor para la araña y exigen menos pautas comportamentales”, apunta Arnedo. Eso nos indica que, más que seguir el proceso evolutivo de los insectos, las arañas diseñan nuevas estrategias para ocupar el máximo espacio ecológico posible.

Las arañas son uno de los grupos faunísticos terrestres más antiguos (380 millones de años). Con miles de especies descritas son los artrópodos depredadores de microfauna dominantes.