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La abogada de Portu y Sarasola recurrirá al TC la absolución de los guardias civiles por torturas

  • Dice que si fuera necesario también al Tribunal Europeo de Derechos Humanos
  • Considera que la sentencia del TS "abre de par en para la puerta a la impunidad"

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La abogada Amaia Izko, que dirigió la acusación particular por las presuntas torturas a los miembros de la banda terrorista ETA Igor Portu y Mattin Sarasola, ha anunciado su intención de recurrir la sentencia del Tribunal Supremo que absuelve a los guardias civiles condenados inicialmente en la Audiencia Provincial de Guipúzcoa por los malos tratos. 

Amaia Izko, que ha ofrecido una rueda de prensa acompañada de familiares de los dos terroristas y de una portavoz del Torturaren Aurkako Taldea (Grupo contra la Tortura), ha anunciado que presentará un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y "si fuera necesario en su momento ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos".

Izko ha afirmado que la sentencia del Supremo "abre de par en par la puerta a la impunidad" y ha concluido que "se puede hacer lo que se quiera a un detenido porque todo lo que vaya denunciar es considerado de entrada falso".

Por su parte, Lorea Bilbao, en representación de Torturaren Aurkako Taldea, ha indicado que la sentencia es "una irresponsabilidad" y ha censurado "la actuación de los jueces de la Audiencia Nacional cuando los detenidos comparecen ante ellos con sus rostros de miedo y con testimonios que ponen los pelos de punta, y no acen absolutamente nada".

Asimismo, ha criticado que "no se realiza ningún tipo de investigación y que se archivan sistemáticamente todas las denuncias por tortura sin hacer ninguna de las diligencias que se proponen".

El TS anuló el pasado día 15 la sentencia de la Audiencia de Gipuzkoa que condenó por torturas a cuatro de los guardias civiles que el 6 de enero de 2008 detuvieron en la localidad de Mondragón a los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola y decretó su absolución.

Las razones del Supremo

Al analizar el fallo, Izko ha subrayado su "sorpresa" por el hecho de que parte de la premisa de que los denunciantes son "dos personas con condenas firmes, que forman parte de ETA" y que "una condena por torturas podría poner en entredicho la espontaneidad de unos testimonios que sirvieron para asentar su condena y abrigar en los condenados esperanzas de provocar una revisión de la sentencia".

Esa predeterminación es la que, en su opinión, impregna toda la sentencia y la única que puede explicar la revocación de la sentencia y la absolución de los guardias civiles y para ello, según Izko, el tribunal "no ha dudado en entrar de lleno en un campo que le está totalmente vedado que es el de la valoración de la prueba".

Además, a su juicio, la sentencia da un "salto muy peligroso y así para justificar lo injustificable acude a la teoría mantenida por las fuerzas policiales en los casos abiertos por torturas", la de que "todos los detenidos de ETA tienen la orden de denunciar falsamente torturas como estrategia político militar y procesal".

En relación con los informes de los médicos forenses que concluían que "las lesiones más graves que sufrieron Portu y Sarasola eran incompatibles con el modo de producción que habían relatado los guardias civiles", ha dicho que el TS hace una interpretación "subjetiva e ilógica, acudiendo a golpes y lesiones que nunca se han producido".