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ETA deja en manos de sus presos la decisión de si la banda anuncia o no su disolución

  • El debate acabará en septiembre y la dirección administrará la última decisión
  • La Policía cree que mantendrán la tregua hasta ver que hace el nuevo Gobierno

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La decisión sobre el fin de ETA está en manos de los presos de la banda

El colectivo de presos de ETA se encuentra inmerso en un debate que finaliza en septiembre y que tiene como objetivo decidir si la banda terrorista anuncia su disolución o continua con la estrategia de atentados hasta que se visualice una negociación que contemple una política penitenciaria nueva.

ETA ha decidido dejar en manos de sus presos la decisión estratégica más compleja de su historia: dejar las armas o continuar con atentados.

Los cuerpos de seguridad del estado han detectado que ETA no dispone de perfiles humanos con el poder suficiente para tomar una decisión de tanto calado y han dejado la decisión final a sus presos.

La cúpula de la organización terrorista ha pedido a su colectivo encarcelado que decida los próximos pasos a seguir. Por el momento y hasta entonces no se espera que ETA de ningún tipo de paso hacia su disolución. Es tiempo de recogida de aportaciones que concluirá a finales de septiembre.

Un debate dirigido por la línea dura de los presos

Los expertos policiales consideran que la línea dura de los presos, los que dirigen el colectivo en los módulos de las prisiones, coordinan el debate, y que la apuesta es permanecer en tregua hasta ver los que decide el próximo gobierno respecto a una negociación paz por presos.

La prueba definitiva sería que el colectivo de presos se integre en el Acuerdo de Gernika que aboga por el final definitivo de ETA. Mientras ese pronunciamiento no sea efectivo, la disolución de ETA está en un horizonde lejano.

Arantza Zulueta era la persona encargada por ETA para coordinar la recogida de aportaciones en todas las cárceles. Su detención ha hecho que ahora solo pueda hacerlo con ocho compañeras de la cárcel en Soto del Real.

En el juicio a Bateragune, Otegi intentó marcar distancias con la estrategia de ETA, y eso no ha gustado mucho a la línea de dura de presos que no ve una salida clara a su situación mientras que la parte política de Bildu ya gobierna en muchos sitios.

El acercamiento de los dirigentes de Bildu a los familiares de presos es el reflejo más nítido del calor al que están obligados a dar la parte política a los presos en pleno debate fundamental de estos.

La clave es que la banda terrorista hará lo que le diga su frente de cárceles.

Todas las aportaciones terminarán en la mesa de la dirección de ETA que será quien administre la última decisión.