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Los bebés pueden hacer predicciones de "sentido común" ante nuevas situaciones

  • Los bebés adoptan un pensamiento preciso y racional ante una variedad de estímulos
  • El estímulo visual le despierta más atención cuanto menos se lo espera

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Los bebés de doce meses de edad tienen ya desarrollada una capacidad de raciocinio, basada en "razonamiento puro", que les permite prever acontecimientos futuros según un estudio científico internacional publicado en la revista Science.

Para demostrarlo, un equipo coordinado por el investigador de la Universitat Pompeu Fabra Luca Bonatti, ha medido el tiempo respuesta de un grupo de bebés a una serie de estímulos visuales que sirven de indicador de sorpresa y novedad en este experimento.

El estudio partía de la idea de que las personas pueden hacer predicciones sobre el futuro uniendo diferentes fuentes de información, guiados por el conocimiento abstracto y elaborando mentalmente posibles expectativas acerca de situaciones que se le presentan.

En los humanos las prediciones racionales son primordiales

Es decir, frente a una nueva situación, en los humanos las predicciones racionales son primordiales, más que las basadas únicamente en la mera experiencia, explica Bonatti.

Los autores han demostrado que ante una variedad de estímulos complejos, los bebés adoptan un comportamiento preciso y racional, una capacidad que han denominado "razonamiento puro", y del que han intentado fijar sus bases.

En el niño, el estímulo visual le despierta una mayor atención cuanto más alejado está de sus expectativas, según su experiencia previa, o cuanto más sorprendente le resulte.

El trabajo se ha llevado a cabo en bebés de doce meses de edad que aún no han desarrollado la capacidad del habla y se ha constatado que cuando se les mostraban diferentes objetos complejos en movimiento, elaboraban expectativas precisas sobre el comportamiento de estos mismos objetos en su futuro inmediato.

En el experimento, a los bebés se les mostraba una película con escenas similares a un bombo de la lotería, con diferentes objetos moviéndose en el interior y uno de ellos saliendo después de períodos variables de oclusión visual.

Las escenas contenían tanto información probabilística sobre qué objeto era probable que saliera a continuación, e información dinámica sobre el movimiento de objetos.

Estas previsiones, los bebés las hacen sin haber tenido ninguna experiencia similar previa en el pasado, e integran diferentes fuentes de información de una manera óptima y aplicándola en el lugar preciso.

"Lo que intentamos es conocer nuestra capacidad de razonar sin experiencia del pasado, para pensar lo que puede pasar inmediatamente después", explica Bonatti.

El investigador afirma que el trabajo ha servido para mostrar que los bebés "saben razonar con los conocimientos que tienen, eligiendo los datos óptimos para prever un elemento futuro, sobre los que no tienen experiencia precedente".