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El dueño del bar Faisán niega que Ballesteros le diera el móvil que sirvió para darle el chivatazo

  • "Soy católico y les juró que no fue la persona que me entregó el teléfono", dice
  • Elosúa sí que sitúa a Ballesteros en su bar en el momento del chivatazo
  • Las defensas de Ballesteros y Pamiés pedirán que se levante su imputación

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El dueño del bar Faisán niega que Ballesteros le diera el móvil que sirvió para darle el soplo

El dueño del bar Faisán de Irún (Guipúzcoa), Joseba Elosúa, ha negado que el inspector de la Policía José María Ballesteros, imputado en el caso,  le diera el móvil con el que se le advirtió de que se iba a llevar a cabo la operación contra el aparto de extorsión de ETA.

Según la investigación, el inspector Ballesteros  fue quien entregó ese móvil y Enrique Pamiés, jefe superior de policía  del País Vasco, quien supuestamente alertó a Elosúa.

Interrogado por el juez Pablo Ruz, Elosúa ha declarado en la Audiencia Nacional que el 4 de mayo de 2006 una persona entró en su bar y le dió un móvil con el que le alertaron de la operación policial contra ETA. 

Sin embargo, al mismo tiempo, el dueño del bar ha situado el soplo en el lapso temporal en el que el Ballesteros estuvo en el establecimiento, según fuentes jurídicas y personadas en la causa citadas por Europa Press.

Elosúa no reconoce a Ballesteros

Joseba Elosúa nunca ha reconocido a Ballesteros. Y este martes, según las defensas de los policías imputados, tampoco. José Luis Vegas, abogado de José María Ballesteros, entonces inspector de la Brigada de Información de Álava, ha afirmado a las puertas de la Audiencia Nacional que Elosúa ha descartado hasta en tres ocasiones a su defendido diciendo: "Soy católico y le juró que no fue la persona que me entregó el teléfono, olvídese".

"Ha descrito una persona que fisicamente no tiene nada que ver con el inspector Ballesteros: es que no tiene nada que ver", ha asegurado José María Fuster Fabra, abogado defensor del que fuera jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamiés.

Tras esta declaración, las defensas de los policías imputados pedirán en los próximos días que se levante la imputación que pesa sobre Ballesteros y Pamiés y que se abran otras vías de investigación.

La Fiscalía no ve contradiciones

Fuentes de la Fiscalía han precisado que al dueño del bar Faisán no  se le llegó a mostrar ninguna fotografía de Ballesteros y que sus  declaraciones se refieren al recuerdo que tiene de las imágenes del  inspector que fueron publicadas por los medios de comunicación. Elosúa  tampoco reconoció a Ballesteros en la rueda fotográfica a la que se le  sometió hace dos años.

Las mismas fuentes, citadas por Servimedia, han afirmado que la declaración de Elosua no contradice la principal tesis de la investigación del caso, que sostiene que Ballesteros fue la persona que entregó el teléfono móvil y que en la delación estuvieron implicados el que fuera director general de la Policía Nacional, Víctor García Hidalgo, y el jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamiés, ambos imputados en la causa por colaboración con ETA.

El motivo es que Elosúa situó el momento en el que le entregaron el teléfono entre las 11.00 y las 11.30 horas del 4 de mayo de 2006, el lapso de tiempo en el que las cámaras situadas en el exterior del bar Faisán captaron la presencia de Ballesteros. El propio inspector de Vitoria ha reconocido ante el juez que es la persona que aparece en las imágenes.

Más interrogatorios sobre Faisán

El próximo jueves el juez interrogará al equipo de policías que investigaron los hechos y que, en su informe de conclusiones, dijeron que el móvil del chivatazo fue político y lo enmarcaron en el proceso de negociación con ETA.

El magistrado no citará a su jefe, el director operativo de la Policía Nacional, que ponía en duda ese informe porque, según fuentes jurídicas, no estuvo en la investigación.